Por Diego Estebanez (@DEstebanezG) Faltan diez días para que la administración Obama acabe y los estadounidenses ya lo comienzan a extrañar...
Desde la alborotada ciudad de los vientos, el todavía presidente constitucional de los Estados Unidos, Barack Obama, pronunció su último discurso como líder del pueblo estadounidense frente a una audiencia de aproximadamente 20 mil personas en el centro de convenciones McCormick Place.
Los fuertes vientos y las bajas temperaturas de Chicago no impidieron que los habitantes de la ciudad que vio crecer la carrera del primer presidente afroamericano, durmieran en las banquetas para obtener los boletos que el mismo sábado siete de enero se agotaron en las primeras horas de disponibilidad al público.
En su discurso, el primer mandatario norteamericano invitó a los estadounidenses a "no quedarse en sus burbujas y a formarse una opinión informada, lo cual es la base de la democracia". A buscar el espíritu que la conforma, que es "la fe en la razón”.
Recordó algunos de los logros completados a lo largo de los ocho años de su administración, en los que se buscó el combate de organizaciones terroristas como ISIS, cuyo objetivo era atacar el "modo de vida norteamericano”. A ello, mencionó que se sentía orgulloso de las tropas estadounidenses y de haber sido su comandante en jefe.
“En la democracia a veces se siente que damos dos pasos adelante y uno atrás; que, al final, el camino de la democracia es difícil, contencioso y a veces sangriento. Sin embargo, siempre se ha definido por un movimiento hacia adelante, ampliando constantemente nuestro credo para acoger a todos".
Recordó que la amenaza más grande para la democracia es que ésta se tome por sentado, y que no se podrá vencer ningún desafío si, al hacerlo, se viola la constitución. Por ello invitó a todos los oyentes a que dejaran de debatir con los que llamó "extraños por internet" y lo comenzaran a hacer en persona.
Obama hizo a su vez una interesante comparación entre las primeras generaciones de migrantes que llegaron a los Estados Unidos, conformadas por polacos e irlandeses, y las actuales. Lo que se decía de aquellas generaciones de migrantes que en su tiempo componían los barrios de la misma ciudad que se encontraba pronunciando su despedida, los mismos barios ahora ocupados por latinos, por una nueva generación de migrantes.
Al finalizar su largo y emotivo discurso, Barack Obama agradeció al pueblo norteamericano, a su esposa Michelle Obama, de quién dijo que “sin quererlo, se había vuelto un modelo de inspiración para nuevas generaciones”, a sus hijas Malia Ann y Sasha, y a su vicepresidente Joe Biden, a quién calificó como "la primera y mejor decisión que tomó como candidato".
El presidente demócrata, cerró su discurso invitando a cada uno de los estadounidenses a no dejar de creer. Así, hizo uso de aquella frase que lo llevó a la Casa Blanca en 2008: “Sí pudimos. Sí podemos”.