¿Hasta cuándo dejaremos de negar que el conservadurismo nunca se fue?
Un performance controversial, un video con torsos desnudos y una semana cultural que promueve la diversidad sexual bastaron para desatar una oleada ominosa de ofensas y prejuicios dentro de la comunidad universitaria de la Ibero. Esta avalancha de odio que se avivó durante las semanas pasadas reventó la burbuja de ideales en la que muchos de sus estudiantes y académicos resguardaban sus escenarios de comunión, respeto y progreso.
Aun cuando la Universidad Iberoamericana se ha distinguido por ser parteaguas y plataforma de expresiones de inconformidad socio-política y lucha por los derechos humanos, un sector importante de su población parece estar en desacuerdo con el ideario de su propia universidad, el cual sostiene que “tratará de infundir en todos sus miembros una conciencia viva y operante de los problemas sociales en México” siempre en “un ambiente de apertura, libertad y respeto para todos”. ¿Y qué problema social más claro y manifiesto en México que la penetrante homofobia y el persistente machismo? ¿Deben los discursos de odio escudarse en esa “libertad y respeto para todos”, aun cuando incurran en agravios severos?
El pasado martes 10 de abril comenzaron las chispas de lo que se convertiría en una hoguera de comentarios deplorables y machistas: un acto performativo se presentó en uno de los espacios comunes más concurridos de la Ibero, conocido como La Fuente. La pieza escénica tuvo como protagonistas a un hombre y una mujer con los torsos desnudos, ninguno de los cuales fueron alumnos, sino modelos contratados. El performance se enmarcó en una serie de actividades promovidas por el Departamento de Diseño y pretendía generar una reflexión simbólica entorno al cuerpo humano y el espacio.
El escándalo no se hizo esperar y, por supuesto, las mofas y discusiones se centraron únicamente en la chica que exhibió sus senos, sin ninguna mención relevante del hombre que también era parte de la actividad. Después del mediodía, el portal SDPnoticias lanzó una nota al respecto, con el título alarmista "¿Por qué hay una mujer desnuda en la fuente?, se preguntan estudiantes de la Ibero”. El texto vinculaba el acto escénico con la campaña de difusión de la V Semana de la Diversidad Humana, evento cultural organizado por el colectivo estudiantil LGBTTTIQ, Plural Ibero, utilizando de evidencia uno de los carteles difundidos por Plural donde aparecen dos hombres semidesnudos, aunque las actividades no tenían conexión entre sí. En la publicación en redes sociales de la nota de SDPnoticias se leen diversos comentarios y ultrajes que escalan en gravedad.
Esta discusión mereció tal diligencia que más tarde, durante su programa vespertino en Imagen 90.5, el locutor Esteban Arce se pronunció con severidad y profundo menosprecio a la desnudez de la modelo. Arce, quien ha hecho gala de su discurso de odio en múltiples ocasiones y sin reparo en sus programas, se manifestó en contra del performance, acto que sólo consistió en la pose estoica de sus protagonistas con ropa tirada a su alrededor.
El comentarista y conductor de Televisa calificó el acto de pornográfico, incluso al extremo de compararlo con el filme Calígula (convendría recordarle que la acepción de pornografía se le otorga a un género artístico que muestra de manera explícita las relaciones sexuales y no sólo el torso descubierto de una actriz). Pero no se detuvo ahí. El suceso mereció tal descrédito de su parte que incluso cuestionó la integridad de la Ibero como institución educativa, asegurando que “se las dan de progres” y que los padres jesuitas de la universidad tienen “de la inspiración de San Ignacio de Loyola lo que yo tengo de poeta andaluz” (sic.).
Finalmente, remató con otras dos sentencias importantes que manifiestan su pensamiento: “una cosa es la diversidad y otra el libertinaje” y “siquiera si estuvieran buenonas”, refiriéndose a la mujer desnuda del acto escénico.
Es imposible contener la pregunta: si la chica cumpliera con las expectativas de Arce, ¿el acto escénico, su cuerpo y la Ibero merecerían su aprobación?
Ahora volvamos por un momento a Plural Ibero. Un día después de los asedios y reproches entorno al acontecimiento de La Fuente, el grupo estudiantil publicó en redes sociales un video producido por ellos mismos para difundir la semana de la diversidad. En él, se muestran cuerpos semidesnudos —de diferentes complexiones y colores de piel— con frases alusivas al proyecto, concepto que se reprodujo en múltiples formatos de comunicación impresa que se distribuyeron por toda la universidad. A pesar de que el programa y los carteles llevaban ya varios días circulando, la publicación del video fue lo único que detonó alarmantes comentarios de reprobación dentro del grupo privado de Facebook, integrado por personas pertenecientes a la comunidad Ibero.
También en Twitter hubo manifestaciones severas de rechazo.
Pero esta violencia verbal atroz expresada en los comentarios del video fue solo una de las tantas aristas de discriminación y censura a la que se vieron expuestos, no sólo los integrantes de Plural Ibero, sino cualquier otro individuo que se manifestara fuera del paradigma de la sexualidad humana. La noche del jueves 12 de abril se creó una petición en el sitio change.org para solicitar la cancelación de la V Semana de la Diversidad Humana promovida por Plural, ya que, según sus solicitantes, “deforma la sexualidad humana tan aclarada y dignificada por el Papa Francisco”. En el foro de la petición se sumaron más comentarios que refrendaron las posturas violentas, homofóbicas y obstinadas en torno al tema.
¿Perspectiva heterosexual? ¿Acaso no es la heteronorma la que rige el paradigma actual de las cosas, cuerpos y afecciones?
Estas y otras brutales aseveraciones que se resguardan en el apartado de change.org dejan en evidencia la indiscutible homofobia de sus simpatizantes, reflejo de un momento social crítico en el que la diversidad sexual y sus expresiones continúan siendo motivo de escarnio, calumnia y prejuicio.
Al respecto, la Universidad Iberoamericana respondió con un comentario dentro de la plataforma de la petición. Entre sus líneas se lee: “La desinformación y la confusión se combaten con información y reflexión, anular o censurar un evento de la agenda estudiantil, no ayuda ni abona en nada a lograr un entendimiento de un tema que puede generar molestia o controversia”.
El mismo día, la Universidad Iberoamericana emitió un comunicado, refiriéndose tanto a la actividad escénica de La Fuente como a la semana promovida por Plural Ibero. El documento de dos cuartillas manifiesta una formidable solidaridad con ambos proyectos, en eminente congruencia con sus ideales y en digno ejercicio de sus valores cristianos. Una de sus líneas más contundentes manifiesta: “Las piezas o expresiones artísticas generadas por nuestra comunidad no se autorizan y mucho menos se censuran, bajo la premisa que la apreciación estética es un proceso subjetivo”.
Prosigue después en alusión a Plural Ibero: “las organizaciones y asociaciones estudiantiles de la Ibero llevan a cabo al menos un centenar de actividades durante el semestre (…) desde la promoción de la lectura, la reconstrucción de una zona de desastre, la defensa de las víctimas de trata, la posibilidad de darle educación universitaria a jóvenes sirios y la defensa de los derechos humanos”.
Después de este apartado, se pronuncia en reconocimiento de la relevancia que el tema de la diversidad sexo-genérica ocupa en el plano global y defiende su postura como medio de expresión y reflexión: “La diversidad sexual importa a personas de todo el mundo (…) la libertad que tiene una organización o asociación estudiantil para convocar a un evento sobre la diversidad sexual es directamente proporcional a la libertad que tiene un alumno o una alumna de asistir o no”.
Con este extraordinario manifiesto de inclusión y respeto a las diferencias ideológicas, la Ibero no sólo refrenda su compromiso social y educativo, sino que avala su congruencia institucional y sus principios regentes a través del respaldo de sus estudiantes y académicos, no de aquellos que promueven la segregación, el prejuicio anquilosado o el repudio social, tampoco de quienes otorgan calificativos de aberración y perversión a los individuos que ejercen otras manifestaciones afectivas y personales, sino más bien a cualquiera que, a través de sus actos, discursos o ejercicios, visibilice y favorezca las búsquedas cotidianas de paridad, respeto y sensibilidad en el contexto cultural vigente.
“Plural Ibero nace de la diversidad sexual, pero también representamos la lucha por las minorías”, me manifestaron los integrantes del colectivo en charlas que tuvimos, previas a la discordia. Recuerdo que hicieron énfasis en que el propósito de Plural es “cambiar actitudes de afuera hacia dentro”.
“Sabemos que en el mundo hay múltiples organizaciones y colectivos LGBT. Nuestro objetivo no es ser uno más, sino generar una conciencia despierta dentro de la comunidad Ibero. Lo que pasa allá fuera es real e importante, pero si traemos la discusión aquí y empezamos por nosotros, por cambiar nuestras actitudes para que luego estos modelos de inclusión se reproduzcan afuera de regreso, entonces generamos una transformación”.
Recuerdo que cuando les pregunté si alguna vez habían recibido algún insulto o censura durante sus casi siete años de vida —lo que la convierte en una de las organizaciones estudiantiles más prósperas y perdurables de la Ibero— dijeron que no. “Siempre hemos recibido el apoyo de la comunidad en los pasillos. Ha habido personas que nos reconocen por las pláticas que damos o porque luego nos ven en las vendimias y se acercan a felicitarnos por el trabajo que hacemos o nos alientan a continuar. Nos sentimos que verdaderamente pertenecemos a esta universidad. La recepción positiva es real. Solamente es en redes sociales donde a veces nos comentan cosas negativas”.
En una era digital, donde las plataformas sociales desdibujan identidades, nombres y propósitos y cualquiera puede descargar sus más deplorables opiniones sin consecuencia inmediata, no es sorpresa que el desprecio por las acciones e ideales de Plural Ibero se queden tras el monitor o en una petición de firmas digitales donde sólo aprietas un botón.
A pesar del flagrante respaldo de su universidad, Plural Ibero decidió dejar de difundir el video que originó la controversia y cambió el mensaje visual de su campaña. En el programa actualizado de la semana de la diversidad publicado el 20 de abril, quedaron fuera los torsos desnudos, la gama violeta y los encabezados provocativos para dar lugar a un diseño simple de letras negras y fondo blanco —como si se tratase de cualquier documento institucional— con una ilustración simbólica que casi pasa inadvertida.
También cambiaron los nombres de algunas actividades, dejando atrás los juegos retóricos por un lenguaje más formal y académico. De entre las actividades que promueven temas diversos como el emprendimiento, la salud y autonomía de la mujer y poesía, cabe resaltar un espectáculo que será realizado por la Asociación Mexicana de Parkinson, donde integrantes de su comunidad harán una muestra de tango como demostración de que quienes padecen esta enfermedad pueden practicar disciplinas recreativas que los ayuden a controlar y coordinar sus movimientos.
La renovación drástica de su campaña, más que un acto de sumisión frente a la censura, se siente como una parodia del puritanismo y la severidad de sus críticos. Si ya no hay diversidad y desnudez en su cartel, ¿qué herramientas utilizarán ahora sus detractores para señalar su obscenidad? Lo que nos queda es un programa que promueve el diálogo, el arte y la inclusión. Aberrante.
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