Guanajuato tiene su propio palacio neoclásico y no es el Teatro Juárez
Fotos por Aleks Phoenix
El Museo Palacio de los Poderes se revela a cualquier turista con su imponente arquitectura ecléctica, sus detalles marmóreos y su amplio tragaluz, como una joya más del legado estético porfiriano. En sus interiores, se manifiestan verdaderas visiones palaciegas y estruendosas que engullen al visitante como en un viaje en el tiempo.
Los trabajos del ebanista Jorge Unna, como un perchero inmenso que no contiene ni un solo clavo en su ensamblaje, los trabajos de duela, mobiliario y Salón del Pleno, son testimonio del arte y dedicación en la hechura fina de su edificación y de la honorabilidad y nobleza de los actos que sucedían entre sus muros. Destacan también oleos de gran formato de José Escudero y Espronzeda y Jesús Gallardo, maestro del pincel recién fallecido en octubre de este año y quien logró capturar la esencia naturalista de los paisajes y cielos guanajuatenses.
Otro de los rasgos que destacan del actual museo ubicado en la Plaza de la Paz son sus techos y molduras que asombran por su detalle: una mezcla de motivos florales propios del neoclásico, con influencias árabes y elementos art nouveau, ceñidos por el estilo artesonado que simula relieves a través de láminas de zinc pintadas a mano.
Actualmente, el Palacio de los Poderes de Guanajuato funge como museo, uno de los más visitados de la capital y sin duda, de los más esplendorosos y alucinantes en su edificación e interiores. Las pequeñas exposiciones itinerantes a las que cobija incluyen artesanías, pinturas, fotos y documentos históricos propios de la era porfiriana. Su colección permanente corresponde a un recorrido guiado por los salones del museo. Si te lanzas al Festival Internacional Cervantino en su edición XLVI, tu recorrido por los callejones y empedrados de Guanajuato debe tener una parada forzosa en este palacio de roca y mármol en medio del bullicio.