Graham Coxon en Galera
La simpleza del minimalismo domina los límites de la genialidad. Para ser más precisos: necesitas un juego de luces, un par de guitarras, una caja de ritmos, un lugar en la Doctores perfecto para intimar con las almas gemelas, y, al mejor guitarrista de la era del britpop: GRAHAM COXON ―sí, en mayúsculas, en grandote—. Todo esto es suficiente para una noche de verdadero rock.
Veintisiete tracks, veintisiete suficientes para cumplir con dos horas de show. Un set acústico que enamora a los fans de hueso colorado del cuarteto de Colchester, es decir Blur. Dos noches de lleno total, de unos 700 asistentes, emocionados, familiarizados con un Graham Coxon que gusta de México; que tocó por primera vez hace 20 años en estas tierras. Un país que ha demostrado que le gusta Blur y que respeta el trabajo de Coxon, quien ofreció algunas de las rolas más chéveres de su discografía solista y un trío de tracks de su banda ―Blur no solo es Damon Albarn, recuérdenlo―. Con tracks de “Sky is Too High”, “Golden D” y por supuesto el pretexto de la noche, los himnos de “The End of the Fucking World”. La versión acústica de “Song 2” prendió al final de la reunión. Hizo querer más y más a pesar del calor asfixiante de tantos cuerpos convocados.
Dos horas son muy pocas para escuchar el trabajo de un genio opacado por la figuras de otros que son menos tímidos: luego de ver a Graham Coxon le viene a uno el recuerdo de espectáculos similares. Hemos visto a Richard Ashcroft y a Noel Gallagher en situaciones similares, pero creanme, sus espectáculos no se le comparan al de Graham Coxon, un show donde lo menos es más y nos recuerda que los tímidos no hablan mucho, pero cuando lo hacen y ponen caras de troll con su público... enamoran al mundo.
Canciones destacadas: “Don´t Believe Anything I Say”, “Miss America”, “You´re So Great”, “Song 2” y “Walking All Day”