Futbol mexicano: Bien por los moños rosas, pero, ¿y el grito homofóbico?

Por Omar García

La FIFA confirmó otra multa para la Selección Mexicana por reincidir en el tema del grito "eh, puto" en el Estadio Azteca. Al mismo tiempo, tanto los equipos, como la propia Liga MX presumen su conciencia social con el mes dedicado al cáncer de mama: el balón pintado de rosa. Discursos antagónicos de una misma voz, al mismo tiempo.

En cuanto al tema de la multa, la Federación no se quedó de brazos cruzados y "encontró solución" para el tema del "eh puto" con un video en que se incita a respetar y a "perdonar" (¿perdonar qué?). Fue todo. Ya ni siquiera la amenaza de quitar puntos o del veto al Azteca son motor de un programa real para terminar con el grito que según Guillermo Cantú, secretario general de la Femexfut, está descontextualizado, aunque no especifica el cómo.

Vamos a poner el contexto: el futbol para la sociedad ha sido un juego "de hombres". Incluso en temas de lenguaje: "párate mariquita", "juegas como niña". En este entorno machista, el grito surge como un convencimiento: los nuestros sí son hombres, ergo, son mejores. El rival es homosexual, por tanto, inferiores. ¿De verdad estamos tan lejos de Trump?

Pero más allá del problema del grito entre los federativos, el verdadero asunto es el doble discurso: Chivas, León, Monterrey y Necaxa son los equipos que se unieron a la causa y vestirán de rosa en octubre. Sin embargo, ningún club de la Liga ha fomentado parar la discriminación y censurar el grito en los estadios. Quizás la afición de Pumas es el ejemplo más cercano, pero no señalan al grito por un tema de homofobia, sino que no forma parte de las tradiciones de Ciudad Universitaria. El mensaje, entonces es: protejamos a la mujer de un problema como el cáncer, pero sigamos gritando "puto", al menos eso se entiende con la apelación ante FIFA. Total, no es por homofóbicos, es que no entienden el contexto.

 

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