Por Uili Damage

Llegó el Record Store Day, y con él el nuevo álbum de Pixies, el cual recopila los tres EPs que estuvieron publicando desde mediados-finales del 2013.

Cuando apareció Doolittle, desconcertó que no viniera tan punk como el Surfer Rosa y el Come On, Pilgrim. al poco Nirvana se lo fusilaba para el mundo a través del Nevermind.

Vino el Bossanova y desconcertaba que no sonara a lo anterior, al igual que con Trompe Le Monde.

Sin embargo, cada paso, cada álbum completaba un rompecabezas mayor dentro del gran tejido musical que es el sonido Pixie.

Tantos años después de eso llega Indie Cindy y repite el efecto de disparidad aparente, pero en el fondo es tan Pixie como el Purple Tape.

Un delicioso álbum doble con 180 gramos de cada exquisito vinil, a 45 revoluciones por minuto bajo el sello Pixies Music. Fidelidad garantizada.

Funda gatefold imprimida con tintas directas negro, oro y naranja fosforescente, según el rotundo diseño del portadista de toda la vida de la banda: Vaughan Olivier y su V23.

Tres cortes por lado -cada uno de los doce con su video respectivo que puedes consultar en el canal de YouTube de la banda-... y como rezan las nuevas producciones del sello Sub Pop, de Seattle: para los loosers, su cupón de descarga digital.

Y suena así:

1A.- What Goes Boom: Tan sombrío como poderoso. Guitarras casi metaleras, pero con una figura rítmica perfecta para desquiciar a los ortodoxos del 4/4. La voz: susurrada. Confidente.

2A.- Greens and Blues: Melodiosa, espacial, baladosa, berreada, fascinante. Guitarras acústicas conviviendo con un furiosísimo ataque de distorsionadores pero a bajo volumen. Muy Bossanova.

3A.- Indie Cindy: Corte que da nombre al álbum, narra enérgicamente en los versos como lo hace “Subbacultcha” de Trompe Le Monde, y se acompaña de un coro dulce y melódico como en los solistas de Frank Black.

1B.- Bagboy: El primer tema en salir a la superficie de esta nueva camada, hoy llamada Indie Cindy, y probablemente el último tema en que escuchamos la dulce voz de Kim Deal. Perfecta continuación del álbum previo.

2B.- Magdalena 318: Muchos lazos sonoros con las grandes bandas de su generación que se tragó el tiempo ponen aquí de manifiesto el gran poderío musical que siempre tuvo esta banda de Boston y que pocos replican el día de hoy, por mucho que piensen que los han rebasado. Tan macizos como seductores.

3B.- Silver Snail: Otra vuelta al pasado, emparentada con los himnos cósmicos del Bossanova. Los cuentos espaciales no abandonan la cabeza de Frank Black Francis y no hay empacho de hacerlo a baja velocidad con la misma contundencia de sus temas rápidos.

1C.- Blue Eyed Hexe: ¡Rock, rock, rock! Este es un álbum de rock. Joey Santiago es un guitarrista rotundo. David Lovering, inamovible, uno de los más grandes bateristas y de los menos notorios. Black Francis, con toda la condición para intimidar a gritos a Brian Jones de AC/DC y el bajo... francamente no sabemos si de la amada Kim o ya de algún sustituto. Con esta, a paso de elefante, las bocinas sudan.

2C.- Ring the Bell: Francis vuelve a robarse al ruiseñor en Brian Wilson que tanto lo ha inspirado y entrega una melodía deliciosa, paseadora, naïve, enamorada, con la cual balancea nuevamente el tonelaje de caña Pixie.

3C.- Another Toe in the Ocean: Más Pet Sounds bien balanceadito con un Joey que guitarrea como una fiebre con mareo de presión alta, un David que no pierde un solo golpe y la acústica marca de fábrica de Black. El bajeo, sigue un misterio que puede llamarse Ding.

1D.- Andro Queen: Ecos en la voz como de misa en una bóveda infinita y una ternura desolada en la melodía, se visten de un redoble de batería solemne, un bajeo que parece programado por Gary Numan y guitarras reverberadas para masajear el cerebro. Mucho abandono.

2D.- Snakes: Vuelta a los ritmos intrincados, malos para bailar con lógica de “Caballo Dorado”, pero que harían titubear el ataque lúgubre y sombrío de un “Passion of Lovers” de Bauhaus. La voz, paciente, sin gritos, protege y teje un coro simple y directo.

3D.- Jaime Bravo: Cierra el álbum con un A, B, C que resume toda la carrera de Weezer. Pixies siempre lo tuvo. Nunca lo reclamó suyo. Dejó que lo capitalizara quien fuera, sabiendo que el reconocimiento llegaría.

El nuevo disco de Pixies completa y crece la obra espectacular del grupo y está hecho para crecer lentamente en tu corazón. Un día podrás sentir que este también es parte elemental del gran sonido Pixie.

Pero, ¡un momento! ¿Verdaderamente hay una sorpresa exclusiva del Record Store Day?

Un 7” llamado #PixiesRSD, Women of War salta de los pliegues de la funda. El lado B completamente virgen y el lado A con una pieza muy Stooges, coros raros de voces efecteadas que parecen esconder otro poco de la Deal y el ciclo nuevo cierra con este broche de auténtico oro macizo.