Beatriz Rivas llega a la FIL con confesiones y una vida imaginaria en “Lo que no he dicho”
Por: Regina González García
Con Lo que no he dicho, la escritora Beatriz Rivas nos ofrece una obra literaria a manera de confesión para relatar las memorias de su vida real, los afanes de su vida imaginaria, sus aspiraciones para el futuro, y el desahogo de sus miedos.
“¿Por qué narrar la propia vida?” fue la pregunta con que Beatriz Rivas y Sara Sefchovich abrieron su diálogo sobre el nuevo libro de la también periodista y académica, editado por Alfguara y presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Lo que no he dicho marca los horizontes para entender el propio mundo de la autora, sin perder la ficción de una novela. Rivas se disfraza a ella misma y a otras mujeres de su vida con otros nombres. Y a ello suma también temas como su necesidad por explicarse lo inexplicable, la ominosidad de la muerte, la subjetividad de la libertad, la obsesión con el paso del tiempo, el deterioro del cuerpo, entre otras cosas.
¿Y de qué va este nuevo libro? Cuenta la historia de una mujer llamada Irene, a quien le toca vivir un temblor en su departamento de la Condesa. Mientras las paredes se agrietan y el tumulto de vecinos sale despavorido del edificio, a la protagonista le surgen una serie de ideas sobre sus experiencias: lo que no vivió, qué cosas le gustaría vivir y cómo le hubiera gustado vivir su pasado.
“A veces, cuando pensamos en nuestra vida, nos arrepentimos de lo que hacemos”, confiesa la autora durante su ponencia en esta FIL virtual, por la crisis sanitaria en que estamos.
La idea original fue unir las memorias de sus dos abuelas y posteriormente se le ocurrió unir ambas documentaciones con la biografía y obra de Irène Némirovsky, novelista ucraniana de raíces judías quien muerió en Auschwitz. En ella se inspiró para el nombre de la protagonista.
Beatriz Rivas aclara que no es la primera vez que juega con ella misma como personaje a lo largo de su carrera bibliográfica. Durante el proceso de escritura de este nuevo relato le surgió una duda y la comparte: ¿quiere convertir su vida en ficción, o la ficción es su vida?
Esta incógnita resulta primordial para justificar el argumento de Lo que no he dicho y, revela, le sirvió como un ejercicio de catarsis. “Es una novela que me consoló y me curó sin planearlo. Yo empiezo a escribir y me surge la necesidad de contar un sinfín de sentimientos”, Beatriz Rivas agrega que en este texto expresó su dolor a raíz de la muerte de su amigo Armando Vega Gil, quien falleció hace dos años.
Lo que no he dicho es una novela para aquellas personas que encuentran en la literatura un espacio de intimidad, pues los pasajes de Irene, la protagonista del libro, van deconstruyendo el inconsciente del ser humano ante situaciones radicales. Este perfil coincide con el contexto en el que nos encontramos ahorita, pues la muerte y la descomposición emotiva se siente mucho más cercana a raíz de la pandemia. Para Beatriz Rivas, lo importante de la lectura es reencontrarse consigo mismo, despojarse de las pretensiones intelectuales y aferrarse de la reconfiguración para saber qué sucede con uno mismo. Los libros son para mover nuestras inquietudes acerca del mundo, y si se puede, conmover.