La identidad es un juego de múltiples máscaras y este se lleva a cabo en diferentes dimensiones de la percepción humana, pues al final es una identificación. Dicha característica del lenguaje no se limita a las personas. Hay montañas con nombres, bosques y lagunas, comunidades enteras e incluso personas que se convierten en la identidad de un pueblo.

Entre fuego y Agua es un documental que retrata la vida de Camilo, el hijo adoptivo de dos indígenas quillasinga de la laguna de La Cocha, en Colombia. Es el único hombre negro en su comunidad y siempre se ha sentido diferente por razones muy naturales, su cuerpo no luce como el de los otros y aunque los quillasinga lo abrazan como a cualquiera en la comunidad, este no se siente abrazado ni siquiera por la laguna Cocha, que es para los quillasingas la madre de su espacio y territorio.

Esto termina en una búsqueda existencial de Camilo y en este camino el jefe de la comunidad le ofrece un viaje a través de la consciencia, en compañía de la abuela Ayahuasca. Durante la terapia, Camilo tiene visiones de su madre en un inmenso mar que se la lleva mientras él la mira siempre a la distancia. Es así como Camilo emprende un largo viaje en compañía de su papá Quillasinga, en la búsqueda de sus raíces y su identidad que, como su madre, está perdida en el inmenso mar de manifestaciones de esta vida.

Por otro lado, hay identidades tan encontradas que a veces son las de un lugar entero. Oaxaca y Toledo son un matrimonio singular de identidades, pues hay quien dice haber visto pasar a Oaxaca cuando veía pasar a Toledo, con su singular camisa azul profundo y vibrante.

Hombre de altísima sencillez, artista y filántropo que esta vez aparece en las pantallas del festival con un documental que lleva por nombre Un mundo sin Toledo, carga la siguiente reflexión: ¿Qué sería Oaxaca y México sin él? E invita a la contemplación de un mundo en donde él ya no existe tras su fallecimiento en 2019. Una serie de entrevistas entre sus amigos y familia dan fe de la personalidad e identidad de un hombre que por muchos es admirado y recordado, mientras en otros rincones de Oaxaca prevalece su identidad. Ya sea en los nombres de las bibliotecas, o las calles que le pretenden dar honor a la inmensa ayuda que dio a la cultura en este país.

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