Feist y el recuento de una década atrás en el Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México

El placer es nuestro, Feist

Por Estefanía Camacho.

"¿Dónde estaban hace 10 años? Piensen en lo que hacían". Esa fue la pregunta que lanzó a quemarropa la cantante canadiense Leslie Feist a los asistentes del debut mundial de su más reciente disco Pleasure en el Teatro Esperanza Iris de la Ciudad de México.

“Apuesto a que están felices de que eso ya pasó, ¿no?”, respondió la intérprete tras repasar fugazmente por unos segundos lo que ese lapso representó para ella, a pesar de que éste primero de mayo fue el décimo cumpleaños de su disco The Reminder.  

Que si Feist no se veía feliz de haber superado aquello, lo que sea que haya sido que en 2007 la hizo crear uno de los discos que le dio mayor fama internacional con los sencillos “1,2,3,4” y “Mushaboom” por ser el fondo musical de aquél viejo comercial del iPod Nano y parte del soundtrack de la película 500 days of summer respectivamente, es indudable.

Pero Leslie Feist y sus fans son mucho más que eso ya. Ese año es parte del pasado para muchos y por lo menos para la cantante es notorio en la nueva música que, los asistentes al Teatro de la Ciudad tuvieron la oportunidad de conocer en vivo y por primera vez a nivel global, pues las canciones de Pleasure estaban ya disponibles para los cibernautas.

La cantautora, que una vez sonó melosa y acústica, hoy tiene trastadas canciones como “Any Party” y “I’m Not Running Away” con las que en algunos momentos el concierto se percibió como presenciar un íntimo ensayo, gracias a la solemnidad del público en la oscuridad del teatro, donde el telón aterciopelado en el escenario era la voz de Feist.

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Para Feist, el cambio entre la guitarra acústica y eléctrica fue el parteaguas que la sacó de su confort en canciones como "Get Not High, Get Not Low" y “I Wish I Didn’t Miss You”. Para el auditorio fue el fantasma de Esperanza Iris –según la cantante que recién conoció esa leyenda– quien animó a los asistentes a gritar y a aplaudir más.

Con temas como “Baby Be Simple” y “Let It Die”, la canadiense transformó la noche en una ciudad víctima de una ola de calor, en una verbena llena de loops musicales con melodías de su voz.

Antes de partir definitivamente del escenario, Feist se encargó también de recordar temas como “My Moon, My Man”, “How Come You Never Go There” y “Mushaboom” con ritmos vigorizantes aunque siempre conservando esa sutileza que la distingue, antes de dar paso a la pregunta que tuvo a todos en pausa por unos instantes. ¿Qué estábamos haciendo hace 10 años?

Así, luego de que el público y la cantante resolvieran aliviados que lo mejor era dejar el 2007 atrás, las primeras notas de “1,2,3,4” retumbaron en el Esperanza Iris mientras el público cantó y aplaudió en el corazón de la Ciudad, dándole nueva vida y casi omitiendo lo que estos años de experiencia les dio.

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