El toque kitsch en el sonido oriental y arábico de Fatima Al Qadiri
Por Diego Escobedo
El nerviosismo y la carrera por intentar conseguir un buen lugar en el SonarDôme se esfumó una vez acabando el set de Andre VII. El stage más pequeño del evento, quedó prácticamente vaciado ante la espera de presenciar a Fatima Al Qadiri. La artista criada en Kuwait, no pareció mínimamente preocupada por el poco aforo ni por las fallas técnicas de arranque, simplemente volteaba y sonreía al público mientras se mostraba disfrazada en su alter ego.
Bajo una luz blanca anticlimática que traspasaba las telas del domo, se dejó por fin caer uno de los sonidos más obscuros e interesantes que podía ofrecer el festival. Fatima se remitió a tocar de manera ordenada Shaneera, su último lanzamiento publicado con el sello Hyperdub, un EP de cinco tracks repletos de letras y mensajes que se esconden entre ritmos orientales y melodías arábicas. Quien está familiarizado con el trabajo de la artista radicada en Berlín, pudo intuir al escuchar “Galby” que eso significaba el final del acto.
Imprimiendo un toque de estética kitsch, aparecieron en pantalla una cortina de créditos como forma de agradecimiento a todos los implicados en la elaboración del proyecto Shaneera. Se puede decir que el tiempo pasó demasiado rápido, así de pronto había concluido uno de los performance menos complacientes de la jornada, propio de la insistencia que debe tener una organización como Sónar para buscar darle espacio a sonidos transgresores y propuestas más vanguardistas.
Fotos: David Segundo