Se despide la dimensión humana de la literatura brasileña: fallece Rubem Fonseca
El escritor brasileño Rubem Fonseca falleció la mañana de este miércoles a los 94 años en Río de Janeiro, informó la prensa loca. Su familia dio a conocer que el narrador, el “milagro de la literatura brasileña”, sufrió un paro cardiaco en su casa del barrio de Leblon y fue trasladado al hospital, donde murió. El próximo 11 de mayo habría llegado a su cumpleaños número 95.
Fonseca es considerado el autor que renovó la literatura de Brasil en el siglo pasado y cuya influencia tocó a varias generaciones de escritores y lectores de todo el mundo.
También guionista de cine, nació el 11 de mayo de 1925 en Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, localizado al sureste de Brasil. Estudió derecho y fue comisario de la policía en Río de Janeiro, se especializó en sicología criminal. Esa etapa influyó definitivamente en su obra literaria.
Su primer libro publicado fue Los prisioneros en 1963. Diez años después su primera novela: El caso Morel. A ellos siguieron El collar del perro, Feliz año nuevo, Historias de amor, Pequeñas criaturas, Secreciones, excreciones y destinos, Calibre, El gran arte, El enfermo Molière, Diario de un libertino y El seminarista. Su novela más reciente se titula Carne cruda. Es autor también del libro de memorias José y de la crónica La novela murió.
Entre los premios que recibió se encuentran el Camões, cinco Jabuti, Machado de Assis de la Academia Brasileña de las Letras y en 2003 el Juan Rulfo, que otorgaba con ese nombre la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En su discurso en la capital de Jalisco, Fonseca destacó su admiración por el país y recibió el galardón de manos del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
Admiración por Juan Rulfo
En noviembre de 2003 Fonseca recibió el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo de manos de su amigo Gabo. La crónica publicada en el diario La Jornada consignó que ambos escritores fueron recibidos de pie, con una larga ovación que confirmó la presencia de fieles apasionados a la literatura. Fonseca, poco afecto a la vida pública y a la prensa, simplemente se dejó querer, y en su breve discurso de aceptación del galardón manifestó su admiración por Juan Rulfo.
Fonseca contó la anécdota de la tarde en que García Márquez le dio un libro a su amigo escritor Álvaro Mutis y le dijo: “Lea para que aprenda”. La obra era Pedro Páramo, de Juan Rulfo, que generó un impacto mayúsculo en Mutis.
Y recordó: “Leí Pedro Páramo y El llano en llamas en una traducción portuguesa, y sentí el mismo impacto. Quedé impresionado con la riqueza de los personajes de Rulfo, que hacen que el lector participe creativamente, mezclando aquello que ha vivido con aquello que ha imaginado, que ha soñado o es real.
De acuerdo con la crítica literaria, la obra de Rubem Fonseca tiene un estilo erótico, violento, en el que conjuga la tragedia humana. Al anunciar al ganador del Premio Machado de Assis en 2015, la Academia Brasileña de las Letras señaló que Fonseca era reconocido por su “narrativa nerviosa y ágil, tanto clásica como moderna, entre el realismo y la policía, revelando la violencia urbana brasileña, sin perder una mirada sensible a la tragedia humana que hay detrás de ella, la soledad de las grandes ciudades o los matices del erotismo”.
“Yo escribí 30 libros, todos llenos de palabras obscenas. Nosotros los escritores no podemos discriminar las palabras. No tiene sentido que un autor diga ‘eso no lo puedo usar’”.
Rubem Fonseca.