Exvotos: ancla en la tradición de las plegarias en tiempos de COVID-19
Podría decirse con cierta seguridad e independiente a cualquier búsqueda de los datos duros, que casi cualquier mexicano está familiarizado con el concepto: Exvoto. Al vivir inmersos en una cultura que viene del mestizaje, el catolicismo tropicalizado y un sentido del humor medio incomprensible para el resto de los países, no es raro encontrarse con alguna de estas expresiones de agradecimiento a La Virgen, ya sea en peregrinaciones, iglesias, museos o enmarcados en algún hogar.
Un exvoto es, dicho de forma austera, un objeto ofrecido a la divinidad, con el fin de agradecerle a ésta por la providencia que da en respuesta a la súplica de resolver algún problema.
Además, una de sus características más notables más allá de su singular estética, es que suelen agradecer la concesión de milagros cuando una situación no era posible de resolver por medios naturales. Uno de los exvotos mexicanos más antiguos, que data de 1704 y actualmente puede conocerse en Tepoztlán, expresa esta virtud de manera clara, y dice:
“Varios médicos y cirujanos lo dieron todos por incurable, por lo cual determinó acudir a el divino”.
Así pues, un exvoto se compone del agradecimiento a los santos o a la Virgen por haber resuelto aquello que para nosotros, simples mortales, sería imposible.De hecho, la palabra votum dio origen tanto al término exvoto como al término devoción, según lo relata un acervo de exvotos recopilado por los investigadores franceses Marianne Bélard y Philippe Verrier. El acto “votivo”, así mismo, es la expresión de una admiración, de una reverencia hacia el santo. Un exvoto, entonces, concentra en sí los sentimientos de humildad que se llegan a sentir ante una situación imponente, sea ésta epidemia, hambruna, sequía, guerra, enfermedad o accidente. En otros casos, también comunes, se trata de arrepentirse por un pecado, como compartir cama con un diablo o agradecer que uno no fue abducido por alienígenas afuera de alguna pulquería, por ejemplo. El chiste es que claramente nos sobran razones para temerle al destino y, por consiguiente, buscar cierta protección para pedir por lo nuestro.
La actual pandemia es una de esas situaciones que para muchos amerita el rezo y la súplica por el bienestar general, y aunque para otros no sea necesaria la creencia religiosa, lo que es cierto es que la contingencia que hoy vivimos es una oportunidad para reconocer nuestra fragilidad, lo inesperado que es el futuro, así como la importancia de la salud física y mental. A pesar de que la práctica del exvoto es una que se originó hace varios siglos, su uso sigue siendo muy vigente, tan es así que la página de Facebook titulada Exvotos, retablos y milagritos nos ha provisto de muchas razones por las cuales vale la pena agradecer lo poco o mucho que cada uno tenga.