'Regresa' de Buscabulla: la luz después de la oscuridad

'Regresa' de Buscabulla: la luz después de la oscuridad

“La luz viene después de la oscuridad grande. Tú no puedes ver las estrellas si tú no tienes una noche oscura. La oscuridad puede ser tu impulso hacia la luz”.

—“Nydia”, Buscabulla.

El amor a la música en los tiempos del coronavirus se torna extraño, la nostalgia se encarga de evocar los tiempos donde la efervescencia sonora era el pan nuestro de cada día. La poderosa industria musical se encuentra entre las cuerdas, sin embargo, resiste, se aferra a la vida y continúa, como decía el buen Bolaño: “hay momentos para recitar poesías y hay momentos para boxear”, ahora mismo nos encontramos en medio del cuadrilátero de la supervivencia.

El encierro de muchos y la cotidianidad para otros, un virus puso en entredicho la dinámica social contemporánea. No obstante, este pandémico telón de fondo sirvió para que el arte, en muchas de sus vertientes, desplegara su potencial y su fuerza, no cabe duda que el confinamiento se sobrelleva mejor de la mano de cualquier expresión artística. La creatividad de miles es el remanso de millones.

Buscabulla se refiere a la persona que busca pleito, la palabra hace alusión a los pendencieros, bravucones y picapleitos, al apoco sí del barrio, al Juan Camaney que las puede todas. No obstante, el significado también alude al individuo que busca bullicio, rumba y ruido, tal y como lo vienen haciendo Raquel Berrios y Luis Alfredo Del Valle, tándem de músicos puertorriqueños otrora avecindados en Nueva York, desde el año 2010. Duo de picapleitos musicales, gandallas del preciosismo sonoro, bravucones inquietos y compañeros de vida que se atrevieron a lanzar su primer larga duración titulado: Regresa (Ribbon Music, 2020) tras una década de aprendizaje en la babélica Gran Manzana, bien dicen que todos los camino llevan a casa y esta nueva faena materializa la incertidumbre de regresar al nido y las vicisitudes que esta decisión implica. 

“Regresa se trata de la autoaceptación de uno mismo con todas nuestras imperfecciones y la aceptación de estar de regreso en Puerto Rico, con todos sus defectos”.

— Raquel Berrios

Avecindados en Brooklyn e inmersos en una olla multicultural, Buscabulla abrevó de las aguas de distintas corrientes, su sonido remite a una selva exótica, llena de colores, matices y texturas. Su estética elegante y sensual los llevó a que la disquera francesa Kitsuné los fichara para formar parte de sus famosos compilados, y, posteriormente, Dev Hynes (a.k.a. Blood Orange) decidiera colaborar con ellos. Son dos los EP’s que anteceden a Regresa, el hilo conductor de estas producciones es la brevedad, sobriedad, preciosismo sonoro producto del melting pot y, por ende, la gran calidad que permea ambos platos. 

EP I (Ribbon Music, 2014) contiene el memorable track “Caer”, Berrios se erige como una sirena que hipnotiza con sus susurros sensuales, es el preludio que vaticina el perfeccionismo sonoro que acompañará a la agrupación a la largo de su trayectoria. Por su parte, EP II (Baby Making Records, 2017) nos dejó una mezcla de funk, disco y pop de ensueño, como bien lo muestra el corte “Tártaro”, homenaje al extinto ídolo de la salsa Frankie Ruiz. Cabe destacar que este segundo material de corta duración fue producido por ellos mismos y sólo contaron con la participación del productor y músico estadounidense Helado Negro (Roberto Carlos Lange), además, la infancia y crecimiento de su hija influyó directamente en el aspecto creativo del EP, así como en la logística de sus presentaciones. 

Regresa es la síntesis y culmen de una carrera situada entre lo latino y lo anglosajón, entre una herencia rica en colores, formas, sabores y culturas ancestrales en contraste y retroalimentación con la cuna del entretenimiento de masas, la comida rápida y la industria del espectáculo. Buscabulla concilia su herencia, sus orígenes, sus ires y venires en poco más de treinta minutos, como se señaló anteriormente, estos boricuas hacen de la brevedad una cualidad invaluable.

Habituados a las calles y vecindarios de Brooklyn, con dos lustros recorriendo teatros, foros y demás, Raquel y Luis Alfredo decidieron retornar a la isla, la coyuntura no era nada favorable, la destrucción que sembró el huracán María en el terruño boricua fue terrible. Regresa es asimilación y catarsis, es la cumbre del desahogo creativo de la pareja. Podríamos decir que estamos ante una obra taciturna e introspectiva con sabor a carnaval y Caribe. Reflexión y baile, incertidumbre y esperanza, claroscuros y juegos de contrarios que se regodean por once cortes, breves, concisos y certeros. 

“Las canciones se empezaron a crear un poco antes de mudarnos, cuando ya se veía que la mudanza iba a ocurrir y poco a poco. La mayor parte de las canciones ocurrieron una vez nos mudamos, y ya como con la transformación que en nosotros ocurrió y las emociones, los sentimientos de haber vuelto”.

— Raquel Berrios

Podemos emparentar el trabajo de los boricuas con el sonido de actos como Blood Orange, los colombianos de Salt Cathedral (los cuales radican en Nueva York), Chairlift, Lido Pimienta, Solange y, en menor medida, con Bat For Lashes y las tesituras de Yukimi Nagano de Little Dragon.

La producción del LP nuevamente corrió por cuenta de los polifacéticos músicos, con la excepción de la participación técnica de Patrick Wimberly (Chairlift) en algunos aspectos del disco. Si bien el germen de su reciente creación se gestó en los albores de su mudanza, la semilla primordial se dio en su pequeño estudio, ubicado en Aguadilla, Puerto Rico.

El periplo sonoro comienza con “Vámono”, pieza festiva con toques de murga, batucada y secuencias con reverb que espetan melancólicamente a los cuatro vientos “Quién me va a ayudar”. A pesar de la incertidumbre, también hay un dejo de  optimismo y sorpresa al vislumbrar que “mientras unos vienen, otros van”. Condenados a la diáspora perpetua en busca de una mejor vida, contraste de culturas, choque de realidades, antes San Patricio, ahora el Carnaval de Ponce.

En palabras de Luis Alfredo: 

“La canción sale de esa energía que uno siente al llegar por primera vez a un lugar y sentirte emocionado e inspirado, de como echar pa’lante y hacer las cosas. Que tienes esperanza de que las cosas van a ser grandes y pues más o menos de ahí viene también como dentro de ese mundo donde las cosas no son perfectas. Las cosas están en tensión en el país. Claramente hay mucho sufrimiento y aún así, dentro de eso encontrar un lugar como de catarsis”.

Contra la lógica del sencillo perfecto, “Fiebre” se asemeja a la duración de un corte punk de la vieja escuela, sin la dureza y ferocidad de las mohicanas, el track apela a la fugacidad del minuto con once segundos y no le falta ni le sobra nada, la simbiosis entre preciosismo y sobriedad reposa en los brazos de la textura vocal cálida de Raquel.

Los sintetizadores son piedra angular de Regresa, Luis Alfredo es el artífice de la instrumentación adecuada, es el maestro de ceremonias que monta las secuencias idóneas para que Berrios haga gala de sus susurros sibílicos, tal y como se escucha en “El aprieto”.  

Si bien el retorno de los hijos pródigos a la “Isla del encanto” despertó dudas y temores, también ofreció tranquilidad e introspección, indudablemente el ambiente influye en el estado de ánimo de los creadores y los lleva a desarrollar cortes sensuales y cadenciosos que exudan lujuria sonora, “Club Tú y Yo” y “Mío” nos transportan a una puesta de sol caribeña, la tibieza del viento y el aroma a mar se apoderan de nuestros sentidos y nos invitan al roce de los cuerpos, deseo en estado puro que remite a las baladas y boleros de la vieja escuela.

“N.T.E.” o no te equivoques plasma la desazón de la pareja al encontrarse cuestionados por diversas personas sobre su decisión de regresar a Puerto Rico y abandonar la “idílica” Gran Manzana. Funk coqueto, empoderado por la voz de Raquel que desafía los convencionalismos mediante juegos de palabras, corte fresco y jovial como la brisa marítima. En palabras de Raquel:

Tiene un poco de como el sentimiento de desafiar. El mudarnos a Puerto Rico un poco se sentía como un desafío, algo que la gente nos decía que no hiciéramos. Algunos nos decían que no corriéramos ese riesgo. También es una canción basada como artistas hoy en día es bien difícil ser dueño de su propia narrativa. Con las redes sociales se siente que ya los artistas no tienen tanto control, así que era una canción diferente, de diferentes situaciones, donde me sentía que se me estaba retando, como mi narrativa, mis decisiones”.

Raquel y Luis Alfredo no son ajenos a las cuestiones políticas, su activismo es notorio y constante, puesto que tras la destrucción que ocasionó el huracán fundaron en conjunto con la cantautora Ani Cordero la PRIMA Fund (Fondo para Músicos y Artistas Independientes de Puerto Rico) cuya misión fue apoyar a diversos compañeros de gremio a solventar gastos y continuar con sus respectivas carreras. “Manda Fuego” tiene como intro la perorata de un pastor que habla de sufrimiento, sensación harto conocida por los boricuas, ya sea por desastres naturales o por sus políticos abiertamente pro-estadounidense. A pesar del ambiente hostil, los músicos confían en que algún poder superior, mediante el fuego, nos otorgará una nueva oportunidad, tal vez ese poder radica en el fuego interior de cada individuo. 

“No sabemos” continúa con el leitmotiv preciosista e introspectivo, secuencias ensoñadoras que abrazan efusivamente las tenues tonalidades vocales de Berrios. La letra hace hincapié en las pocas certezas y las muchas dudas que tiene el ser humano. 

La recta final de Regresa arranca con “Nydia”, tributo a la cantante y actriz Nydia Caro, estadounidense de origen puertorriqueño que decidió dejar EUA y triunfar en la isla y sucesivamente en Viña del Mar y en el festival OTI. Juego de espejos y homenaje, Berrios nos regala una interpretación sentida, etérea donde la propia Caro hace acto de presencia en las vocales.

Finalizamos este recorrido sonoro con “Volta”, corte que, nuevamente, hace uso de la brevedad preciosista, engloba en poco más de un minuto una atmósfera idílica, voluptuosa con sintetizadores ensoñadores y los murmullos ininteligibles, por momentos, de Raquel. “Ta que Tiembla” se encarga de cerrar un plato redondo y bien balanceado, el fuego al que se hacía alusión en “Manda Fuego” aquí se materializa en la cadencia del bajo y en el seráfico rango de la sílfide Berrios. Tiembla y reverberan nuestros sentidos tras escuchar el brevísimo y poderoso Regresa.

Pronto conoceremos por medio de un trabajo documental el proceso creativo del primer plato de larga duración de Buscabulla. En la mayoría de los viajes lo importante no es el destino, sino lo que se vive en la travesía, Raquel y Luis Alfredo lo saben de primera mano y se encargaron de darle forma a su viaje personal, transformaron su incertidumbre y dolor en música y nosotros podemos ser partícipes de su experiencia.

Tal vez, dentro de muchos años, una canción que suena en la lejanía detone ciertos recuerdos, momentos y sensaciones en un distraído escucha. Tal vez, ese potencial oyente acceda al archivo de su memoria y recuerde que hubo una vez que millones de personas vivían en el encierro provocado por un virus y que su cotidianidad y monotonía se hizo más llevadera gracias al preciosismo musical de una pareja de músicos boricuas. 

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