[#EXTRACTO909]: "Blank Project" - Neneh Cherry

Neneh Cherry es una de esas leyendas perdidas en el tiempo que de vez en cuando y cada que les da la gana, resurgen de las cenizas, del fondo del mar, o en su caso particular, de las profundidades de la industria musical. Discreta pero innegable influencia para una buena parte del pop comercial y alternativo de las últimas tres décadas, y además creadora de hits ochenteros/noventeros como “Buffalo Stance” y “7 Seconds” con Youssou N'Dour, Neneh Cherry está de regreso con Blank Project, después de 18 años sin haber lanzado un álbum como solista (el último fue Man, de 1996). De origen sueco y habitante de Nueva York desde los setenta, Neneh Cherry creció en una familia de artistas: su madre pintaba, muchos de sus hermanos son músicos o DJs, su padre biológico es un baterista de Sierra Leona y Don Cherry –su padrastro y el hombre que la crió desde pequeña– es un reconocido trompetista y músico de jazz. Desde que Neneh Cherry lanzó su álbum debut Raw Like Sushi en 1989, estos tintes artistoides fueron la base para entender sus tracks y visuales, que hasta la fecha, mezclan elementos del pop, hip-hop y underground más puro en un desastre precioso y adictivo que si fuera un objeto, sería igual de incomprensible que una exótica caja de pandora.

Con un background así y espacios tan marcados entre sus discos, Black Madonna –apodo ocasional de Neneh– es la definición de una verdadera artista, ya que Blank Project no es un regreso que pretenda ser comercial, sino un acto creativo, catártico y necesario. Hace unos cuatro años, la madre de Neneh murió y desde entonces, ella asegura haberse hundido en un limbo extraño y vacío. Justo por eso, la artista que durante un rato estuvo esperando en las sombras con una que otra colaboración con proyectos como Gorillaz, Kleerup y la family band CirKus, regresó en 2014 por su cuenta y con una fuerza imponente.

Esta reaparición de Neneh Cherry con Blank Project presenta un álbum que se siente tan íntimo que el que no quiera sentirse completamente abrumado, debe poner una barrera desde que empieza a sonar “Across the Water”, track inicial que pone a la ahora madura voz de Neneh al frente sin importar los desperfectos que pueda lanzar. Las primeras frases como “since our mother’s gone it always seems to rain / And the booze and the friends and the party never ends / No excuse for behaviour that no one can defend” dejan en claro desde el momento uno que Blank Project estará dominado por motivos personales de Neneh que a fin de cuentas, estallan en problemas muy humanos con los que es fácil relacionarse.

En este álbum, el escucha es un poco un voyeur de algo abstracto que puede tomar la forma deseada. El desesperado track “Blank Project” enloquece a los sentidos en un brote como psicótico, “Naked” grita con una angustia esperanzada en medio de una programación austera y “Spit Three Times” crea un mundo de paranoia y superstición entre sus frases como “black dogs in the corner, looking up at me” y un trip-hop lento y bien definido. Para hacer el caos aún mayor, como cenit absoluto de Blank Project está “Out of the Black”, una curiosa colaboración de Neneh con la bizarra y adorada sueca Robyn (que para variar, también muestra tintes de una influencia de Neneh Cherry en su música). Este es el track más pop y es lo que más se le podría acercar a “Buffalo Stance” en cuanto a éxito, pues la presencia de dos figuras tan dispares y similares a la vez en un mismo espacio sonoro resulta imposible de ignorar.

Neneh Cherry & Robyn

Musicalmente, este álbum tiene una explícita influencia de su productor: Kieran Hebden del proyecto electrónico Four Tet. Beats entrecortados y un regreso a los sonidos simples son los elementos clave con los que juega RocketNumberNine, un dúo londinense que apoyó a Neneh con la musicalización de Blank Project. Y sobre su música creada al estilo de algún disco como Rounds del propio Four Tet, pero mutada hacia un pop muy femenino, lo que se alza y destaca ante todo es la voz de Neneh: tan dulce y ronca como la de M.I.A., pero tan melódica como la de cualquier integrante de las Spice Girls. Nótese que ambos actos –cada uno increíblemente relevante para su tiempo– tienen la influencia de Neneh Cherry prácticamente tatuada sobre su estética visual y sonora.

Aquellos críticos old school que hayan dicho en los ochenta o noventa que Neneh no fue más grande en su momento sólo porque estaba adelantada a su tiempo tenían razón, pues ella hacía trip-hop desde mucho antes que Massive Attack (proyecto al que por cierto, apoyó mucho en sus inicios junto con su esposo, Cameron McVey). Entre su clara influencia sobre el presente y un nuevo sonido fresco, sexy y directo, Neneh Cherry por fin pertenece y con Blank Project, es parte esencial de un momento en el tiempo tan musicalmente indefinido como ella: 2014.

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