¿Qué te puedo decir? Me gusta el romance. Y cuando pienso en TV on the Radio lo primero que hago es darle play a “Wolf Like Me” o “Will Do”. Con la esperanza de quien lee una novela best seller o pone una chick-flick en Netflix, me dispuse a escuchar Seeds. Desde ahora puedo adelantarles que no encontré ninguna (así de buena), y me vi obligada a subirle a mi madurez tanto como al volumen, para descubrir el secreto de su quinta producción. Una banda de su calibre tiene el beneficio y maldición de contar con seguidores dispuestos a repasar sus lanzamientos hasta la madrugada, con el fin de determinar si es el mejor o peor de su carrera.
Lo primero que buscamos en las reseñas es la calificación del objeto. ¿Ya escuchaste “el Seeds”? ¿Está bueno? La respuesta es sí. Y no. El álbum es de excelente manufactura, pero no resultó ser un viaje emocionante como Return to Cookie Mountain y Dear Science. Aun así, la experiencia de escuchar música es siempre en presente, y una canción no debería de ser juzgada por lo que pasó antes o lo que vendrá después. Una canción ni siquiera te habla igual cuando la descubres en un tweet, en la noche, y cuando la avienta el shuffle en la mañana, camino al trabajo, años después de haber sido desgastada por el repeat y tus cambios de personalidad.
Un buen álbum suele ser una colección de buenas canciones, o una secuencia lógica de tracks que te llevan a lo largo de una historia o concepto. Seeds es una colección de buenas canciones, con algunas más intimidantes que otras. Mi recomendación es empezar por la pista 7, “Ride”, la cual comienza como una contemplación de belleza y delicadeza y termina en una inyección de energía. Empieza por la 7 y luego ya lo pones en orden, como lo planearon Dave Andrew Sitek, Tunde Adebimpe y compañía.
En contra de mi creencia <no importa de dónde venga una canción lo que importa es si te gusta, si te hace sentir algo> me parece que el contexto en este caso es relevante. TV on the Radio regresa de una serie de momentos particulares: hubo una larga pausa entre Dear Science (2008) y Nine Types of Light (2011), periodo en el cual los miembros incursionaron en proyectos personales; así como la pérdida de Gerard Smith, amigo y bajista de la banda, que falleció tras ser diagnosticado con cáncer en el pulmón. ¿Qué hacer en medio de un cráter?
“Hemos pasado por muchísimas cosas en los últimos años que han parado a la banda en frío, pero estoy contento de que nos repusimos y aprovechamos la conexión única que tenemos entre nosotros, porque el álbum es, sin duda, 1000% lo mejor que hemos hecho,” declaró el vocalista y fundador Tunde Adebimpe, con el anuncio de Seeds a finales de julio de este año.
Tras un largo periodo sin escribir juntos, editaron “Mercy” y “Million Miles” en 2013, lo cual los llenó de cafeína para trabajar en un nuevo disco. El primer sencillo es un ejercicio de guitarras que aluden al indie rock que le dio base y origen a la banda, el segundo es una balada bajo su perfil de dulzura del cual nacieron las canciones de amor mencionadas al principio de esta reseña.
https://www.youtube.com/watch?v=OaKVy-FlaUA
Ninguno de esos sencillos explican el pop de “Happy Idiot”, un trabajo macheteado entre Dave Sitek, Erik Hassle and Daniel Ledinsky, y finalmente por los demás integrantes de TV on the Radio. Sin embargo este corte anunció la llegada de Seeds y sí responde al tratamiento que aplicaron a la nueva producción.
Éste es un álbum donde aceleraron el tempo y empaparon todo con sintetizadores. No podría vincularlo a los sucesos por los que ha pasado la banda, pero es un disco donde encontraron una nueva fuente de combustible. Despega como si fuera momento de hacerlo. Algo en él me dice: es ahora o nunca, y lo tienes que hacer con muchísima fuerza.
https://www.youtube.com/watch?v=GYgo78JfMLU
“Quartz”, “Careful You”, me hablan de alguien dispuesto a incursionar con alegría y resolución en algo que no le apetece. Conforme avanza la producción mantienen esa ilusión de seguridad, de decisión. (Si busca guitarrazos acuda a “Winter”, “Lazerray y “Trouble”). Para mis oídos enamoradizos, no dejó de existir sensualidad (porque TV on the Radio la tiene, y mucha). Por ello rescato “Test Pilot”, “Love Stained”, y de remate “Seeds”, cierre del álbum. Se trata de una canción menos seria o íntima, incluso es infantil y coquetea en el sentido “le dije a tu hermana, y luego ella me dijo, y como que quiero contigo, vamos lento y vas a ver que te gusta”. Esta despedida te deja con una sonrisa de ternura, y con el sentimiento de que acabas de ser testigo de un ensayo de alegría.
Para mí, TV on the Radio es una banda que en medio de los dosmiles, cuando el rock volvió a ser rock y las cosas se simplificaron de nuevo, decidieron darle a ese sonido un toque más intelectual, complejo y articulado, sin necesariamente alejarse de la tendencia. Me gustaba la adición de percusiones, la saturación de secuencias, y las letras evocadoras de imágenes súper poderosas: I was a lover before this war. Eso no ha cambiado, y aunque ya no sorprenda porque nos hemos acostumbrado, espero que este álbum o algunos de sus momentos te encuentren en un estado propicio, sin prejuicios o expectativas, para que de alguna manera disfrutes lo particular que hay en él. ¿Qué te puedo decir? Me gusta TV on the Radio.