A diferencia de lo que se piensa, en el máximo encuentro cannábico en México no se fuma ni se consume marihuana. Aquí, en la ExpoWeed 2017, los viajes y experiencias son terrenales. Se viene a conocer y hablar sobre los usos medicinales, industriales, ancestrales y lúdicos del cannabis.

Por segundo año consecutivo la ExpoWeed fue realizada en el World Trade Center: el mismo lugar en donde miles de quinceañeras han buscado el vestido ideal para su fiesta. En este encuentro, las compras son para obtener un mejor resultado a la hora de consumir marihuana, e incentivar el auto-cultivo y así romper la cadena que nos ata al crimen organizado.

Durante tres días miles de personas pudieron recorrer los pasillos de la sala Maya y escuchar más de 30 pláticas. Nacionales y extranjeros tomaron el micrófono para hablar de las bondades que tiene el cannabis: no solo se fuma o se unta, de las plantaciones de marihuana se puede extraer el cáñamo y hacer ropa más resistente que la de algodón, o producir cuatro veces más cantidad de papel sin la necesidad de talar árboles.

En la ExpoWeed la apertura se hace presente con niños que acompañan a sus padres a escuchar hablar de las distintas variedades de semillas de cannabis que existen en el mercado, para después, tomados de la mano, encontrar a sus personajes de caricaturas favoritos en forma de pipas.

Están los otros niños, como Emili, que a los dos meses de nacida fue diagnosticada con el síndrome de Lennox-Gastaut, una epilepsia que le provocaba hasta 42 convulsiones por hora a pesar de los medicamentos que tomaba. Ahora, con cuatro años, y un tratamiento de aceite cannabidiol, Emili sonríe a la cámara como prueba máxima de los beneficios medicinales que el cannabis ha traído a su vida.

Para algunos el futuro mexicano es claro: legalizar en todos los estados de la República el uso medicinal de la marihuana y así empezar a cultivar, cosechar y distribuir extractos e infusiones nacionales. Dejar de consumir a los Estados Unidos y Canadá para reducir los elevados precios de los tratamientos que van de 6 mil a los 12 mil pesos.

Durante tres días se exploró el mundo cannábico. La abstinencia representó el grito de los que quieren forjarse un porro sin ser señalados. Personas de distintas latitudes que sueñan con acabar con el estigma del marihuano y demostrar los beneficios económicos y medicinales. Aceptarnos como un país productor y consumidor de cannabis que deje de depender del crimen organizado.