Por @uriw
Con motivo del más reciente disco de la banda británica Tindersticks, estrenado el 22 de enero pasado, hablamos con el vocalista y fundador de la banda. Con más de veinte álbumes entre los que se encuentran varias bandas sonoras y tres discos como solista, nos habló sobre su más reciente material, su visión sobre la rutina, y la melancolía.
Uriel Waizel: Tantas cosas de qué hablar y tan poco tiempo... Llevo escuchando a los Tindersticks desde “Marbles”, en el ‘93. Descubrí esta canción, “How He Entered”, que tiene como este monólogo, como un guión hablado. Así que quisiera que me dijeras qué ha cambiado desde aquel soliloquio en “Marbles” hasta ahora. ¿Sabes? Existe un flujo de conciencia en el que las cosas llegan a tu cabeza. ¿Ahora sigues hablando de las mismas cosas que entonces?
Stuart Staples: Ahora que lo pienso, no muchas personas han hecho la conexión de esas dos canciones: yo sí, así que, un “bien hecho” para ti. Creo que ambas canciones llegaron de forma similar. Cuando escribimos “Marbles”, Dickon, quien tocaba la guitarra y el violín en la banda entonces, fue a quien se le ocurrió la idea de la música, y luego trabajamos en ella juntos. Él hizo que me saliera la historia. Creo que para estar orientados a la escritura, pasa algo similar con Dan McKinna, que toca el bajo en la banda ahora. Él trajo la idea para esta canción a la banda y tenía algo realmente fuerte, nos tomó un día y desmantelamos la idea. Encontramos esta marca de tiempo en ella que ponía esta tensión al interior de la canción. Y creo que su superficie es hermosa, pero la marca de tiempo le da esta tensión que de pronto la volvió fascinante. Y creo que desde ese momento, comencé a escribir, y creo que tanto “Marbles” como “How He Entered” son probablemente este tipo de abstracción, de autobiografía, de cierto modo están muy conectadas.
UW: En ese entonces, cuando escuchaba “Marbles”, realmente me ponía de cierto humor, un estado mental realmente complejo, y no sabía si estaba escuchando a un romántico de la Francia decadente del Siglo XIX, o a un poeta beat, o a un asesino en serie. ¿Cómo te metes en estos personajes? Me sorprende que estoy hablando contigo y tu voz en la entrevista no suena tan grave como cuando cantas, así que me imagino que te metes en un personaje de algún modo. ¿Cuántos cigarros fumas antes de cantar?
SS: Sí, cantar es diferente, pero creo que hablar... Creo que “How He Entered” es más o menos cómo hablo, igual que “Marbles”. Pero creo que puedes ir a donde te lleven las ideas y las ideas como que te piden explorar de cierto modo. Creo que la única opción es aceptar las ideas o no aceptar las ideas, pero una vez que las aceptas sólo es hacerte responsable y ser amable con ellas.
UW: Ahora cambiemos a otra canción, porque sabes, Lhasa de Sela (quien murió en 2010 luego de una larga lucha contra el cáncer de mama) era mexicana-americana, hablaba español, e incluso alguna vez vino a la estación a grabar una sesión: también la conocí. Ella era este espíritu afín. Háblame de tus recuerdos de grabar con ella y qué tan difícil fue lidiar con su presencia abstracta.
SS: Creo que Lhasa era... el mundo perdió a una gran cantante y a una gran artista, pero para mi esposa y para mí, perdimos a una gran amiga. Fue cantar y la música lo que nos unió, pero creo que nos entendíamos el uno al otro a cierto nivel. Era algo que a ninguno de los dos se nos habría hecho fácil o que ninguno quisiera hablar sobre ello, pero creo que por tocar música y apreciar la música compartimos un tipo de espacio. Y cantar con ella siempre era especial, creo que con “Hey Lucinda”, muchas cantantes habrían tomado esas palabras y las hubieran hecho tristes, tal vez muy tristes. Creo que Lhasa entendía que había cierta travesura en las palabras; había una sensación de gracia en la canción, y no conozco a nadie más que hubiera sido capaz de tomarlas y lidiar con ellas tan delicadamente como ella. Creo que al final con la versión grabada de “Hey Lucinda” yo sentía un responsabilidad por el momento más que por la canción, realmente, que compartimos al cantar juntos.
UW: Ahora hablemos de la otredad femenina. Admito que cuando escucho tus canciones pienso en este tipo de dramas franceses donde las parejas pelean, y después de pelear van a hacer el amor. Con canciones como “Rented Rooms” (1997), por ejemplo, o los soundtracks que hicieron para las películas de Claire Denis, y este eterno femenino que buscas. Me imagino que hay este tipo de modelo de persona, que podría ser como la cantante de Savages o Lhasa. Tú tienes esta presencia tan masculina – tan atractiva por decirlo así – en el micrófono, que necesitas que este otro sea tan pesado como tú. ¿Reconoces eso?
SS: Creo que trato de sentir la presencia de las mujeres en la música cuando escribo, y muchas veces sólo tiene que ser una mujer cantando. Creo que es imposible ser el anfitrión. Llevo junto con mi esposa veinticinco años, ella está involucrada en todo lo que hago, no puedo divorciar ese sentimiento de escribir música. Algunas veces tiene que ser desde el punto de vista de una mujer, y creo que incluso con “We Are Dreamers” y cantar con Jehnny Beth, cuando escuché cantar a Jehnny... no creo que un hombre lo habría podido cantar con actitud. De eso es de lo que le hablé sobre la canción: yo no creía que fuera como coros o como un dueto, pensaba que era sobre otra presencia en la canción que se parara y refugiara. Creo que toma muchas formas diferentes.
UW: Cambiando de tema, una de mis canciones favoritas de tu banda es “Tiny Tears” (1995), y ahora encuentro esta canción “Planting Holes”; en cierta manera, las gotas de lluvia en los sartenes de paella son como un tipo de lágrimas. Tienes esta fijación con agua que cae.
SS: No, nunca sentí emoción por esas lágrimas y pienso que el fondo era... Había una canción de David en la banda que ya habíamos dejado, creo que sólo estaba esperando por el momento, esperando por otra idea. Y creo que la lluvia en los sartenes de paella le dieron a David, le dieron al piano un tipo de conversación; pero también está en el lugar en el que no sólo estaba haciendo su propio silencio, era como si creyera que estaba solo, no sé si me explique; como si supiera que estaba brindando una conversación. Era como si el sonido del golpeteo le ayudara a sentirse solo. Intenté con todo, cellos y flautas, bajos, guitarras eléctricas, pero creo que sólo necesitábamos comprarle tiempo, de la misma forma que con “Hey Lucinda” y Lhasa [la canción, grabada durante la década pasada, había quedado enlatada después de la muerte de la cantante]. Algunas veces buscas por todos lados y te das cuenta de que todo lo que esta canción y el momento necesitan son unas cuantas notas de glockenspiel. Era justo uno de esos trucos de experimentar, encontrar esa combinación, esa conversación en la música que en efecto me mueve.
UW: Pienso que tu música, tu alma, se motivan por la melancolía, y eso también se puede ver en los videos, en el proyecto. Las imágenes son de un mundo que se mueve lentamente junto con una silenciosa observación de la cámara; las cosas van pasando, la canción comienza a sonar, caminando por las calles. También soy un melancólico, es un sentimiento muy difícil con el cual vivir. Después de once discos con Tindersticks, todavía tienes un fuerte stock de melancolía en tu alma, no has dejado salir todo, aún sigues desarrollando melancolía dentro de ti, es como una fuente interminable.
SS: Como melancólicos, todavía tenemos que hacer que dure, ¿sabes? Creo que es inevitable. Tal vez está conectado con lo que me impulsa, o a nosotros, creativamente. Creo que puede estar conectado a ello, pero no creo que esa sea la esencia. Yo pienso que para mí, Neil y David y la banda, compartimos un tipo de espíritu inquieto, incluso si las canciones en las que trabajas son tristes o melancólicas, la música siempre tiene que ser un descubrimiento; y pienso que para ser un descubrimiento, tiene que ser una aventura; y para ser una aventura tiene que ser divertida, y la diversión tiene que ser juguetona; incluso si se trata de los temas más tristes, más duros. En cierto modo, para que una canción salga, tiene que haber este sentimiento cuando trabajas en la música. No puedes evitar ser melancólico, pero eso no quiere decir que eso tenga que serlo todo, no quiere decir que no puedas tener un sentido del humor, que no puedas hacer eso.
UW: Ahora, hablando de la primera canción de The Waiting Room [“Follow Me”], parece como el soundtrack de inicio de una película francesa, me hace pensar en Betty Blue, otra tragedia romántica. Pero háblame de tu persona... como esa canción de Blur “Country House”... digo, a mi me encantaría tener una casa en el campo en Francia, pero ¿cómo es tu vida diaria Stuart? ¿Qué haces en las mañanas, cuáles son tus diversiones en el campo?
SS: Voy a decir que es hacer lo que hago. Creo que es difícil tener rutinas, y para mí, tener hijos es lo que da la rutina a mis mañanas. Eso ha sido algo grande para mí, porque eso es lo que hace que levante por las mañanas, llevar a los niños a la escuela. Eso es lo que ha pasado, ese es como mi tiempo. Así es como generalmente he comenzado mis días siempre, pero creo que lo que pasa en ese momento es muchas veces lo que quiere ser.
También creo que el año pasado ha sido muy extraño. Ya sea trabajar en las canciones, trabajar con personas, en las películas, con los directores; ha sido realmente un año de descubrimientos, pero no hay ningún tipo de rutina grande.
UW: Espero que algún día hagas una canción o un disco sobre aves y que te conviertas en un observador de aves. Ese es mi deseo personal, si yo me fuera al campo, me haría el perfecto observador de aves. La pregunta final: también comparto esta sensación de la canción “Were We Once Lovers?”, y hay una serie futurista en la BBC que se llama Black Mirror, donde puedes regresar tus memorias visuales y regresar a tus grandes éxitos, tus mejores relaciones; y la gente se hace adicta a sus amores pasados en vez de ir a los más recientes o actuales, se refugian en el pasado. ¿Cuál es tu sentimiento, tu exorcismo, acerca de hacer esta canción y tener esta paradoja de las memorias que se desvanecen de amores pasados?
SS: Creo que en el disco hay mucho de estar fascinado con la memoria, y algunas memorias te definen, definen la persona que eres y te ayudan a entender a esa persona que eres. Hay tanto en el disco, como perder un sentido de ti, perder tus memorias, o sólo ese tipo de escenario, ha sido una diferencia en mi vida, recientemente. Creo que “Were We Once Lovers?” surgió de algo que no había podido ser capaz de canalizar y capturar eso en lo que me interesaba. No es necesariamente una canción sencilla, en cierto modo, pero aprendí mucho de intentar encontrar esa canción. Era un gran experimento tras otro, que prácticamente encontró el fin real, y aprendí mucho de ello, me mostró mucho sobre hacer música.
UW: Ha sido un gran placer platicar contigo, como dije antes, he seguido tu carrera desde el primer disco, así que felicidades por este nuevo disco, que está increíble, me encantaron las orquestaciones. Espero que vengan a México algún día.
Transcripción y redacción: Jorge Hermosillo.