Por Julio Lorea
El Tercer Sendero es la opera prima del director Jimmy Cohen. Jimmy estudió cine en Centro y se graduó con mención honorífica. Este film es un trabajo no narrativo. El film apenas pasa los 60 minutos. Sin embargo este tiempo es suficiente para lograr una bella impronta en la mente del espectador. El Tercer Sendero es una colección de videos musicalizados con exquisito gusto que en su conjunto forman un quilt surrealista donde la realidad es presentada desde su lado más poético y, a veces, gracioso.
La belleza inesperada. La sabiduría inesperada. La honestidad brutal de la putrefacta cotidianidad. La cacofonía de la vida. El complejo mecanismo de lo ordinario. La severidad de la monotonía. Las cámaras de seguridad, la vigilancia, las voces distorsionadas. Y al otro lado del polo: la espiritualidad, el trance. La reflexión está en que esta espiritualidad y trance son parte de la cotidianidad de alguien. De hecho la reflexión puede ser doble: esta espiritualidad y trance ahora no es nada sino parte de un show, parte de la oferta de entretenimiento urbano.
La explotación de los recursos parece ser un tema central en El Tercer Sendero, no sólo por el relato anecdótico y el footage industrial, sino también por la naturaleza rígida del campo, abandonada pero autosuficiente.
El anonimato también es un elemento crucial de esta meditación. Pequeñas postales de paisajes sin nombre, historias sin copyright, oficios desapercibidos, el artífice solitario, los silencios incómodos.
El Tercer Sendero es una colección de fotografías de objetos únicos y personajes ajenos encontrados en los lugares más inesperados.
El mismo lugar del que es protagonista de El Tercer Sendero también permanece anónimo al espectador. Tal vez sugiriendo que no es el pueblo mismo lo que es importante sino lo que representa: la soledad.
El pueblo es autorreferencial, lleno de sus propias historias, sus personajes, su ritmo. Es apropiado entonces que el segundo más prominente personaje en este film sea la música. Tensa y maravillosa transcurre dando todo el sentido a cada clip que compone este gran collage lisérgico. Free jazz, improv, drone, guitarras distorsionadas, ópera, ambient. El soundtrack recuerda a Zehel, el proyecto musical de Jimmy Cohen. La referencia no es especulación personal; El Tercer Sendero de hecho contiene en alguna parte un sample del disco homónimo de Zehel (autoeditado, 2012). La otra referencia a Zehel está en el footage (si bien esto está oculto a simple vista): Zehel tuvo una extensa gira por Nueva York donde evidentemente se adquirió todo ese material visual duramente citadino y secamente moderno.
“Only the words break the silence. All other sounds have ceased. If I were silent I’d would hear nothing. But if I were silent the other sounds would start again. […]” Con esta cita de Samuel Beckett comienza la última parte de ETS. Devastadora reflexión acerca de la progresiva decadencia de los sentidos y la sublimación de los sentimientos hasta el punto de confundir las palabras con lágrimas. ¿Qué se puede decir? Por lo regular las lágrimas representan todo un lenguaje por sí mismo, es el lenguaje que cuestiona si todo ha sido siempre igual.
Al final, sin embargo, el mago revela el secreto del truco y es que justo en los créditos El Tercer Sendero queda despojado de su misticismo dando a conocer santo y seña de todo y cada elemento de la película. Hubiera sido, tal vez, otro gesto de inconformidad guardar un par de detalles de la vista de todos.
Como sea, la declaración está muy clara: hay un camino que lleva al bien, otro que lleva al mal y el tercer sendero.
Cine Tonalá viernes 7 de junio, 17:00hrs
Foro El Bicho sábado 8 de junio
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