La acepción en varios pueblos del medioevo era que el Rey era el elegido de Dios para gobernar: a él se debía y a él honraba. En otros pueblos, el Rey era, precisamente, el Dios. Y en ambos casos, el número que simboliza a la deidad es el mismo: ‘23’, la medida de todas las cosas.
LeBron James y Michael Jordan. Rey y Dios. El debate infinito de los últimos tiempos en la NBA: ¿quién es cuál? Una discusión avivada por la sexta final de James (quinta consecutiva: noveno jugador en la historia en lograrlo; el único que no jugó en los gloriosos Celtics de los 60). El tema escuece y hay voces a favor de uno y otro. Shawn Windsor, columnista del Detroit Free Press, argumenta que los números de Jordan simplifican el análisis y obvian el principal matiz: las dotes atléticas y técnicas de LeBron:
“Jordan podrá ser el mejor anotador en la historia de la liga. El mejor tirador de último minuto. El mejor defensor en el perímetro. Pero no el mejor jugador. LeBron James lo es”.
Bernie Lincicome, pluma del Chicago Tribune, es más cauto. También minimiza el argumento de la estadística al demostrar que ésta es inexacta: Robert Horry ganó siete anillos, uno más que Jordan, y esto no quiere decir que haya sido mejor jugador, como tampoco significa que Jordan, por ganar seis, sea mejor que James.
“Mientras siga haciendo duda, James seguirá siendo quien es. Y eso no es malo, simplemente no el mejor”, apuntó Lincicome.
Desterrado el recuento estadístico de la discusión, que sirve para contextualizar mas no para concluir, el análisis requiere del escrutinio de las formas y los hechos. Jordan fue dirigido por uno de los más grandes entrenadores de los tiempos, Phil Jackson. El esplendor de uno es paralelo al otro (nueve temporadas, seis títulos). El alegato de que Chicago era un reparto coral tiene sustento: el año que Jordan emigró al béisbol, los Bulls sumaron 55-27 y llegaron a las semifinales de Conferencia; LeBron llevó a Cavs y Heat a las finales, equipos que la temporada posterior a su partida ni siquiera clasificaron a los playoffs: en 2010-2011, Cleveland firmó una marca de 19-63 (el segundo peor equipo del curso); en 2014-2015, Miami terminó 37-45, en el décimo escaño del Este.
Basta nombrar a los escuderos de Jordan, cada cual con un rol que complementaba al otro: la sabiduría de Pippen, la potencia de Rodman en el poste bajo, el fragor de Kukoc, la puntería de Kerr.
LeBron contó con algo similar en Miami (Wade, Bosh, Allen) y en su segunda etapa con Cleveland (Irving, Love, Smith, Mosgov), pero no en la primera (Ilgauskas, Hughes, Varejao, ninguno con más de 14 puntos de promedio aquel año). En ello reside la hipótesis pro-LeBron: ‘The King’ fue capaz de llevar a un equipo mediocre a las finales de la NBA, al contrario de Jordan, quien en el epílogo de su carrera no pudo guiar a los Wizards a la postemporada. Obra a favor de ambos que comandaron el surgir de dos franquicias históricamente perdedoras: ni Cavs ni Bulls habían llegado a las finales de la NBA, hasta que llegaron MJ y ‘The King’. LeBron y el devenir de sus equipos, su polivalencia (“el basquetbolista total”, escribió Bruno Altieri en ESPN) y su poderío físico; Jordan y su liderazgo y la capacidad de revivir en el último segundo antes de morir; embocar cuando todo estaba perdido.
“Si James labra su redención en Cleveland, al guiar a los Cavaliers a su primer título de NBA, sería un logro gigantesco”, sentencia Lincicome.
El debate infinito, exacto. Pero, ¿por qué habremos de asumir que sólo hay un Dios? ¿Por qué no dos, o un panteón politeísta? ¿Bill Russell, Wilt Chamberlain, Oscar Robertson, Larry Bird, ‘Magic’ Johnson, Hakeem Olajuwon, Kobe Bryant?
LeBron James ha ganado dos finales y perdido tres en 12 temporadas en la NBA, mientras Jordan ganó las seis que disputó en 15 temporadas.
Michael Jordan ha sido nombrado en cinco ocasiones el MVP de la liga: 87-88, 90-91, 91-92, 95-96, 97-98. LeBron en cuatro: 2008-2009, 2009-2010, 2011-2012, 2012-2013).
En su mejor temporada anotadora (86-87), Jordan promedió 37.1 puntos. El máximo promedio de la carrera LeBron es de 31.4 (2005-2006).
LeBron y Jordan no coincidieron en la liga. Jordan se retiró la temporada anterior al debut de James en la NBA (2002-2003).
Ni LeBron ni Jordan han usado el ‘23’ siempre. Jordan usó el ‘12’ en la 89-90 y el ‘45’ en la 94-95 (temporada en la que regresó del béisbol). LeBron portó el ‘6’ en su época en Miami Heat.
Lalo López
@Fmercu9
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