La noche del 1 de diciembre de 2016 quedó marcada por el regreso de Titán a un escenario chilango, que se llenó de los acerrimos fans de una de las bandas más emblemáticas de la electrónica nacional gestada a principios de los años noventa.
Después de su actuación en Ceremonia, Jay de La Cueva, Silverio y Emilio Acevedo, nombres que en solitario brillan pero que sumados forman Titán, ofrecieron un show espectacularmente minimalista, a través de 20 años de carrera y cuatro álbumes, a pesar de un ligero retraso provocado por el tráfico de los bloqueos en Reforma y la visita de Peña Nieto a Santa Fe.
El show fue engalanado por Dama, el nuevo material del trío en el que un choque de generaciones se rindieron ante un collage de sintetizadores, una danza contemporánea pulsional, y actos sin descanso uno de otro, que bien podían compararse al show televisivo Off Air de Adult Swim.
La participación especial de Siobhan, en la canción "HelL.A" de Dama, y la del rapero legendario Egyptian Lover, fueron las sorpresas que prepararon, a pesar de que la mayoría de los asistentes esperaban ver a otro grande: Gary Numan, quién participó en "Dark Rain" también de la reciente producción.
En ese matiz multicolor, la banda mostró el extracto de sus influencias: el mod de los sesenta, la disco de los setenta y el synth pop de los ochenta, muy en particular de bandas inglesas como Depeche Mode o Ultravox. La noche fue corta pero llena de energía. El regreso de Titán es una suerte de frescura que nos permite tener fe y ansiedad, por un próximo y pronto trabajo discográfico, de este trío de titanes del ritmo.