Fotografía por Humberto Prina
El Foro Indie Rocks se encontraba sold-out. Los jugos de los asistentes se mezclaban como cambalache debido al reducido espacio para 800 personas. Lo primero que remite El Columpio Asesino es una intensa guria. Suspiros llenos de ira desenfrenada. Empieza a harder “Babel”, hay cadáveres sobre la mesa creando un éxtasis general. Ambientes obscuros se sintetizan mediante “Suspiros” y el kraut se hace presente. Teorías de aburrimiento a cargo de “Lombriz de tu cuello”, y brisa sonora desdeñada con “A espaldas del mar”.
Un momento clarividente surge a partir de “Cactus y Azulejos”, y sobre todo cuando los de Pamplona arremeten con “Ballenas muertas en San Sebastían”. La cúspide llega con la interpretación sucesiva de tres canciones de Diamantes. El diablo da las llaves del cielo con “Diamantes”, las palmas del público siguen la precisión sónica de los tambores. Diafragmas siderales se quiebran con “Perlas” donde los errores acumulados salen a relucir. Cristina Martinez implora: “Sois el mejor público que tenemos ”, y luego se dispara “Toro”. Te voy hacer bailar toda la noche causa estragos. El sudor correr a borbotones parece que todo ha culminado. Pasaba el tiempo y el público se resignaba.
La frase “En México les encanta estar como sardinas enlatadas” volvió todo a la vida. El Columpio Asesino cerró de manera fuerte con 5 canciones en su encore. En “corazón anguloso” las paredes se quiebran. El cuerpo lucha en contorsión, se pierde. “On the floor” genera arrebatos de telekinesis que se quiebran en ayayayayayay. “La marca es nuestra frente es la Caín” tiene un ascendente piramidal. Los naipes caen cabalmente y los españoles fulminan los vestigios restantes. Finalmente “Floto” y “Vamos” dan paso a una histeria llena de gritos. Post-punk inquisitorio. Todo se vuelve dinamita, y El Columpio Asesino hace feliz a todos los presentes.