¡Ay madre mía, algo nos va dar! Serán dos semanas de tensión. De amarrarse a las sillas y morderse los dientes. De desprenderse de los recuerdos y sobrellevar las nostalgias. De asimilar que seguramente será su última final de Champions League.
El mayor tiene 37 años y se desarrolló en Carrara, provincia de Massa- Carrara, en la región de la Toscana, Italia. El otro, tiene 33 años y fue forjado en las entrañas de Madrid, España. Gianluigi Buffon Masocco e Iker Casillas Fernández. Ambos representan la deidad de los porteros en la última década y el amor a la casaca como el amor a la madre, incondicional.
Son dos titanes imbatibles, íntegros e ilustrados del futbol. Dos maestros en el arte de las manos bajo los postes. Con los pies, los brazos o rodillas, siempre han demostrado sus argumentos. Uno zurdo y el otro diestro. Uno se crío entre pastizales merengues y el otro, aunque debutó con el Parma y llegó a la Juventus años después, tiene tatuado el escudo de la “Vecchia Signora” tan profundo como Casillas tiene el del Madrid.
Buffon debutó en la Serie A en 1995 con el Parma en un empate por 0-0 ante el Milán. El de los ojos azules apenas contaba con 17 años de edad. Su arribo al conjunto turinés llegó hasta el 2001. A partir de ahí, “Gigi” ha ganado 6 scudettos en la Serie A, 5 Supercopas en el futbol italiano, un scudetto en la Serie B y un Mundial con la selección italiana (Esto sin contar lo ganado con el Parma).
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Por su parte, “San” Iker también se desborda en campeonatos. Aunque su debut se dio hasta 1999 en un empate por 2-2 ante el Athletic de Bilbao, tiene en su palmarés 5 Ligas españolas, 4 Supercopas españolas, 2 Copas del Rey, 3 UEFA Champions Leagues, 2 Supercopas de Europa, 1 Copa Intercontinental, 1 Mundial de Clubes, 2 Eurocopas y un Mundial con España (Esto sin contar lo ganado con selecciones menores).
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En la semifinal de la Champions League se vieron las caras. El Juventus Stadium y el Santiago Bernabéu podrán contar que los vieron juntos una vez más.
Dos comandantes y capitanes que guían la nave en las buenas y en las malas. Que llevan la batuta en sus vestidores y que a pesar de las críticas por su edad y una supuesta baja de futbol en los últimos años, a estos dos se les debe respeto. Se les debe respeto por “Aquellas pequeñas cosas”, diría Joaquín Sabina el del bombín. Esas pequeñas cosas como compartir vestidor con Fabio Cannavaro o Zinedine Zidane. Esas pequeñas cosas como ser fieles a su club. Esas pequeñas cosas como haber ganado un Mundial. Esas pequeñas cosas como mimar el futbol, como lo dijo una vez Vicente del Bosque. Por eso disfrutemos a Dos pájaros de un tiro, como se llamó la gira de Serrat y Sabina en 2007 por España y América, en un solo platillo de Champions.
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Juan José Ramírez
@JotaJotaRAM
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