Discodromo: Historia de una tienda de discos tras el 19S

Uno de los elementos distintivos de la vida en la Ciudad de México, es su tráfico. Según el Transporte Eficiente de El Poder del Consumidor, En 1990 el tiempo promedio de viaje eran 30 o 40 minutos, en 2015, ese número subió de 2 a 3 horas. Tal vez en otras urbes, ya sea por la distancia recorrida o el tiempo que toma transportarse, probablemente uno ya se encontraría en otra ciudad. El tráfico del mediodía fue el primer acompañante en mi viaje hacia el corazón de la capital, llevándome por Constituyentes a vuelta de rueda en primer lugar, y posteriormente a los continuos semáforos de avenida Chapultepec y Eje Central.  

Llegué a mi destino, en la calle de Allende en el Centro Histórico, donde el espacio siempre se ve reducido, las calles repletas de puestos de comida y transeúntes, así como un tránsito pesado donde los autos luchan por pasar, prueba que estas calles se hicieron para otros tiempos, no necesariamente más simples, pero sin duda con otras necesidades espaciales.

 

Localicé la juguería que era el acceso a la tienda Discodromo, dónde me habían citado para una entrevista. Tras el olor a fruta siguieron unas escaleras oscuras, seguidas por más escaleras, con un pared pintada de rosa y negro. Los pisos eran casi idénticos, a excepción de los números en las puertas que identificaban cada departamento. Después de la tercera repetición de escalones llegué al número 19, el cual localicé no tanto con los ojos como por los oídos, bastó con seguir a la música.

 

Al entrar me recibió Aleph, fundador y mente maestra detrás de Discodromo; una de las tiendas de discos independientes más interesantes, dónde es posible encontrar discos antiguos y rarezas, con géneros que van desde la cumbia, el garage, psicodelia, funk, jazz y sobre todo surf. Quién pronto sería mi entrevistado vestía una camisa con formas de colores azul y rojo, y su amabilidad se hizo presente en su sonrisa desde el primer momento.

 

La entrevista se llevó a cabo en una habitación pequeña pero impresionante por la cantidad de vinilos que la adornaban en cada costado. En primer lugar, le pregunto a Aleph, sobre la historia de Discodromo, “Surgió el 2 de julio de 2016”, me comenta, “En un principio tenía un socio, que después abandonó el proyecto y se fue a Tijuana”. Posteriormente, Aleph tomó las riendas del proyecto, tras decidir dedicarse a éste tiempo completo. En tiempos pasados fue banquero, ya que es economista por la UNAM. Aleph pone un vinilo en la tornamesa en la mesa en el centro del cuarto. Suena “Picture This” de Blondie, y ahora nos acompaña la voz de Debbie Harry.

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Pasamos al tema del sismo de septiembre, ya que la habitación en la que entrevisto a Aleph es un local provisional. Tras el shock de vidrios rotos y conmoción en las calles, el local de Discodromo había sufrido daños. Primero vino la preocupación por los vinilos: “Mis discos son cosas bien delicadas, a ver si no se cayeron”, fue el primer pensamiento. “El estante de los discos no se cayó, pero varios muebles de metal quedaron en diagonal, uno que otro disco sí se cayó pero no se rompió, mi tornamesa, esa, la Stanton, le cayó algo encima y no sirve el botón de start.” El anterior local de Discodromo se encontraba en el pasaje Catedral, un edificio antiguo. “Hubo mucha negligencia en cuanto a la protección de los locatarios. donde tenía mi mostrador, se separó el mosaico de la pared”. Tras quitar los discos se notaron las grietas en la pared, “La pared quedó bien fracturada en partes”, me comenta Aleph, hablando rápidamente.

Semanas después, se tomó la decisión de salirse del edificio, tras hacer chequeos propios y observar una separación de 50 cm en la parte de arriba del edificio, aunado por la inexistente ayuda de los arrendadores, Discodromo abandonó el local, con todo y el depósito de renta, o como lo describe Aleph: “Todo se alineó para que nos saliéramos de ahí, no de buena gana”. Quizás como bendición, las ventas en internet incrementaron inmediatamente después del sismo. “¿Cómo se puede ayudar a Discodromo?” pregunto, “Pues comprando” me responde Aleph entre risas. “Porque se puede prestar a malentendidos, sacamos una publicación que el 100% de la compra de un disco se fuera a una cuenta de los topos y sólo me bloquearon la página.”

Cambio de vinilo, suena Jackie Wilson con el tema "Chain Gang". Afortunadamente, la mayor parte de los discos se salvaron, aunque las tornamesas no: “Lo que sí se fregaron fueron las tornamesas, cayó concreto encima de ellos, se me jodieron dos”. Entre los discos que sí se perdieron, figuraba una primera edición de Los Sleepers, que se pandeó. Pero más allá de los discos, lo más difícil fue la pérdida de un plan a futuro y los efectos psicológicos; Aleph planeaba expandirse a otras zonas, además que ya se había puesto un showcase e implementando un  plan de promociones y eventos.

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Tras un año de incertidumbre, el 2017 había sido el mejor año de Discodromo, y la mayor parte de sus ventas venían de la cumbia: “Llegué a tener sobrestock de rock, pero como estaba cerca de Tepito, se corrió la voz, ya que hay muchos sonideros, no venían nombres como Ramón Márquez o Pancho de Tepito, pero iban los que les compran discos”. Y en los pedidos de la tienda, la cumbia no sólo es del agrado de los mexicanos, es codiciada en lugares tan distantes como las islas británicas.

 

Aleph siempre mantiene una sonrisa y buen ánimo, a menudo se ríe y desborda jovialidad. Esto sin duda se traduce en trato humano que mantiene con sus clientes. “Siempre ha habido diversidad en cuanto a clientes”, y estos van desde jóvenes buscando a Hendrix, hasta coleccionistas extranjeros, de países como Brasil o Costa Rica, a menudo atraídos por buenos precios, como por ejemplo, primeras ediciones de Caifanes a 400 pesos. Desde  joven un aficionado de la música, el líder de Discodromo fue también guitarrista del grupo de rock n’ roll Los Ovnis, también conocidos como los Teddy Bears. Fue esa pasión por la música la que lo llevó a iniciar Discodromo: “Siempre quise dedicarme a la música, y al ser economista y bueno para los números, es la combinación de ambos.”

 

La mente maestra de Discorama, se mantiene en contacto con sus clientes vía internet y redes sociales, y por supuesto éstos se hicieron presentes en el caos del sismo: “Muchos me ayudaron a darle difusión sobre el nuevo local y que sólo haría entregas en el metro.” Por otra parte, se fomenta la dinámica del intercambio, y me comenta que a momentos hasta paga él en el intercambio si se trata de un ejemplar raro o especial. Para el próximo Record Store Day, ya existe un dinámica maquinada: “El plan es un show acústico en la parte de atrás, con DJ’s y ofertas de 2x1, 3x2”, y por supuesto, contemplada la convivencia.

Con respecto a lo que sigue en el camino de Discodromo, Aleph se mantiene con la frente en alto: “Lo hecho, hecho está, el desastre no es motivo para que te desilusiones.” El plan hasta ahora es seguir adelante, conseguir un nuevo local, y hacer nuevos planes. Además de un particular nuevo proyecto, una tienda de discos y un estudio interactivo, “En el mismo estudio puedas grabar y en una o dos horas tienes tu vinil, es lo que estamos planeando, es una tecnología vieja, pero la pensamos implementar en el 2018. Intentando integrar esta forma analógica en todo su sentido.”

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