Después del invierno de Guadalupe Nettel

Es dicho popular que cada historia tiene al menos dos versiones. En el caso específico del amor siempre habrá dos narradores, pero las versiones se multiplican: contar una relación depende de tantos factores (la geografía, el tiempo, la edad) que a veces es inevitable que uno exponga, casi al mismo tiempo, versiones contradictorias de lo sucedido. Esta es una de las formas de introducirse a Después del invierno (Anagrama, 2014), la más reciente novela de Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973), que el año pasado fue acreedora del Premio Herralde de Novela. Después del invierno narra la(s) historia(s) de Claudio y Cecilia, dos personajes que son, al mismo tiempo, neuróticos y ecuánimes, escrupulosos e intempestivos; en resumen, insoportablemente entrañables: Mientras Claudio es un cubano radicado en Nueva York capaz de ver como una molestia que su amante sufra una crisis nerviosa, Claudia es una mexicana que estudia en París que demuestra más apego hacia los panteones que hacia las personas.

Después del inviernoA través de la voz de dos personas que se reconocen como marginales y expatriados, Después del invierno despliega los pormenores de un amorío donde no hay versiones definitivas ni motivos precisos; donde las causas se confunden con el azar y la sensatez con los impulsos. Si Nettel en sus anteriores libros se ha destacado por elegir personajes anormales insertos en tramas y paisajes inhóspitos, en su nueva novela examina las relaciones amorosas con la misma visión áspera que ha caracterizado su obra.

Lejos del efectismo y la cursilería, Después del invierno es un libro agridulce donde los personajes, acaso justo por su condición nómada, son incapaces de relacionarse sin la misma extrañeza de quien visita un nuevo país. De ahí, cabe aclarar, que la música sea un peculiar talismán a la hora de comunicarse; aunque ambos personajes hablen español, pareciera que la música es a veces el único idioma que tienen en común.

Guadalupe NettelCon este nuevo libro, Guadalupe Nettel se reafirma como una experta en convertir cualquier evento de la cotidianidad en un fenómeno inaudito; en hallar lo indudablemente atípico en personas y situaciones que otros juzgarían definitivamente normales. De ahí que sea imprescindible la lectura de Después del invierno, un libro capaz de revalidar las relaciones personales como un enigma insoslayable en nuestro tiempo, en el que podemos estar conectados con el mundo y al mismo tiempo desconectados del que esté junto a nosotros; un libro capaz de provocar que el lector se pregunte cuáles son las otras versiones de su propia historia.

Por Eduardo de Gortari

(@edegortari)

Noche de estrellas en el Lunario

Obladi Oblada: ¡Clásicos del rock en películas!