Descarrilamiento en la primera estación

La Máquina descarriló al golpear con una muralla. Así se abrió el telón de la Liga MX en la cancha del Estadio Azul. Algunas novedades: por parte de los celestes hubieron modificaciones en el rol de un par de jugadores en referencia a cómo jugaron la temporada pasada: Christian Giménez fue colocado como contención junto a Torrado, y Alejandro Castro, quien jugaba en medio campo, retrocedió a la defensa central. Eso sí, el estelar Aníbal Zurdo, recién desempacado de Sabadell, no vio acción. Pachuca estrenó a Matías Alustiza, (y a Nahuelpán, se dice, aunque no se le vio ni por Insurgentes; quizá siga en Pedregal) y pareció no echar en falta a Enner Valencia, al menos por ahora. A tambor batiente comenzó el Azul, campeón de Concacaf y eterno aspirante: creó dos ocasiones en los primero siete minutos; en la primera, Pablo Barrera se coló por la parcela derecha del área grande tuza, eliminó a un defensor y, acto seguido, se dejó caer al sentir un roce. Sólo un par de minutos después, en un hueco en el centro de la zaga del Pachuca, el mismo Barrera tuvo un mano a mano con Oscar Pérez; el Conejo, invencible hasta al tiempo, atajó el peligro.

Pronto, el partido se volvió tedioso, carente de llegada. Fue la rebeldía de Daniel Arreola, quien tuvo el atrevimiento de desbordar y disparar cruzado, el detonante de la monotonía; su impacto fue parado por Jesús Corona, pero en el rebote, Matías Alustiza lo empujó al fondo del arco.

Para el arranque del segundo tiempo, Luis Fernando Tena no dudó en dar entrada a Marcó Fabian. El seleccionado entró revolucionado y con mucho ímpetu, pero con poca claridad. El juego siguió en el mismo tono, cansino y desabrido. Después llegaron las expulsiones de Jorge Hernández y Daniel Arreola. Fue cuando el Pachuca, ya muy defensivo, tuvo la excusa perfecta para echar el camión atrás.

Ante eso, el Cruz Azul, inoperante, se topó una y otra vez con la defensa tuza; defendían los Atlantes de Tula, impenetrables, imponentes. Muy hidalgos los hidalguenses. Nunca llegó a  ser exigido de manera importante el ‘Conejo’ Pérez, quien volvió a evidenciar su reverdecimiento. Murió el partido, bajo la lluvia, y murió el Azul, de nada. Será otro largo y tortuoso semestre, al parecer.

La parte caliente del día fue cortesía de Jesús Corona; al final del juego, declaró que no sabe si regresará a la selección mexicana, debido a las declaraciones que hizo Miguel Herrera, sobre su reacción a la suplencia en la Copa del Mundo: "Ya veremos. Primero quiero escuchar la entrevista y ya tomaremos una decisión”. También comentó que sí le molestó la decisión de no jugar en el Mundial, pero nunca cuestionó al ‘Piojo’ por la decisión. “Se hablaron cosas entre él y yo, yo jamás le pregunté, simplemente él llegó diciéndomelo a mi”.

La Máquina descarriló apenas al llegar a la primera estación. Pero el trayecto aún es largo.

 

 

Jacobo Frontana

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