'Depression Cherry' - Beach House

A veces, la realidad se vuelve borrosa y es sustituida por un mundo de posibilidades. Momentáneamente uno escapa a otro lugar y se olvida de su entorno para explorar sus anhelos y su creatividad. A este fenómeno se le llama soñar despierto. Para muchas personas y desde hace varios años, Beach House ha sido ese lugar lejano de escape, donde uno sale de su rutina para tomar un descanso y reflexionar acerca de la vida. En esa casa playera no existen el tiempo ni las responsabilidades, solo una conciencia a la deriva. Este verano, Depression Cherry de Beach House nos trae una nueva serie de mundos a los cuales escapar.

El título es la unión de dos conceptos cargados de significado. La depresión, tema tan recurrente hoy en día, es un estado de estancamiento y pérdida de esperanza. Gradualmente, el ser pierde toda su luz hasta que ya no es posible discernir a quien antes estaba ahí. En contraste, está la cereza, algo que como concepto deja de ser una fruta deliciosa y se convierte en seducción y corrupción de la inocencia. El rojo profundo que adorna la portada del disco está lleno de una pasión ardiente que termina por tragarse al ser. Pero Beach House no tiene prisa. Primero serán los guías de un sereno y placentero viaje, del cual ya no es posible regresar. Sin duda, es peligroso soñar despierto.

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En crescendo, la primeras notas parecen una reinterpretación de “Take Care”, sencillo más famoso de Teen Dream (Sup Pop, 2010). No obstante, mientras que esa canción era una promesa de amor y seguridad, en “Levitation” ya permea una intensa adoración. La voz de Victoria Legrand susurra, “Hay un lugar a donde te quiero llevar” y es demasiado convincente como para negárselo. Por si fuera poco, las reverberaciones de la guitarra de Alex Scally embriagan la pieza de romanticismo. Pero como suele hacerlo, Legrand nunca idealiza al amor y, en unas pocas palabras escondidas, advierte que es muy fácil perderse a uno mismo por otra persona.

Aunque ciertamente “Sparks” no es la pieza más llamativa del álbum, el dúo la escogió como sencillo principal y sin duda fue la decisión correcta. La realidad es que esta canción es el epítome de lo efímero y la decadencia que lo prosigue, algo que define muy bien al disco. La pasión es una chispa hermosa y cautivante pero, si no prende fuego, desaparece tan rápido como llegó. En la canción también destaca el atrevido riff ondulante de Scally, el cual resulta complementar perfectamente al órgano de la vocalista.

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Todo sueño tiene su apogeo, un momento en el que cualquier interrupción es muy mal recibida. Para Depression Cherry esto es “Space Song”, canción que combina todos los aspectos más derretidores de la música de Beach House. La bella imaginería que presenta Legrand es inundada por la bruma de su sintetizador. Mientras tanto, las cuerdas de Scally mesen al corazón con delicadeza. El resultado es un cálido abrazo que pretende sanar las heridas más profundas.

Para este disco Beach House se deshizo por completo de la batería. Si bien el drum machine podría parecer un instrumento limitante, para Beach House éste incrementa el estado de trance de su música y evita una imposición a la armonía entre Alex y Victoria. En un principio esta máquina era característica de su proyecto pero, tras el éxito de Teen Dream (Sup Pop, 2010) y Bloom (Sup Pop, 2012), el dúo naturalmente tuvo que agrandar y complejizar su acto, llevándolos cada vez más lejos de sus raíces. Ahora el drum machine está de vuelta ya que Depression Cherry es un intento de purificación que evita perder el arte y la profundidad del mensaje de Beach House. Con pocos instrumentos y una gira planeada hacia sus tendencias naturales como músicos, de manera admirable, buscan ignorar el contexto comercial que los rodea para enfocarse de lleno en la evolución de su música. Efectivamente, este álbum transporta más lejos que cualquiera de sus anteriores.

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Pero, tristemente, uno no puede ignorar la realidad para siempre y el sueño debe terminar. “Days of Candy” se encarga de anunciar el final con un coro de lamentos. “Así como así, se fue…el final llega demasiado rápido”, confiesa Victoria. La fantasía terminó y ahora hay que lidiar con el mundo real. Pero de un sueño así, uno no vuelve la misma persona. Beach House se encarga impregnar sus enseñanzas acerca de la vida, el amor y la muerte. Aunque la pasión lleve consigo riesgos, su belleza efímera vale la pena. Hay que morder esa suculenta cereza sin remordimiento alguno.

El disco está disponible a través de Arts & Crafts México.

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