"No uses tapones Trino, eso es de sonidero, obrero y albañil", así me dijo un amigo antes de irnos a un concierto. Su contexto no era equivocado, sí, los tapones son el pan de cada día de quienes trabajan en la industria pesada pero cuando los usas fuera de contexto, suelen provocar ese tipo de argumentos y miradas extrañas de quienes están a tu alrededor en un concierto, fiesta o festival. Apenas hace 3 años yo caí en la realidad de que si no me cuidaba, no iba a durar mucho en el negocio. Desde que tengo 12 años empecé a meterme mucho en el mundo de los DJs pero por cuestiones lógicas y de edad, mi experiencia en los clubes aún no era real. Me limitaba a escuchar mis discos favoritos en una grabadora que tenía en mi casa y como mis papás tampoco son muy fanáticos de que escuchara punchis punchis a todo volumen en mi cuarto, encontré refugio en unos audífonos que para su entonces, aislaban bastante bien el sonido y podía sentir cada una de las partes de la canción.
Subir y bajar el volumen de golpe es algo que a todos nos parece "normal", sobre todo si vives en el Distrito Federal, para donde voltees, hay mucho ruido. Siempre hay construcciones, albañiles que están taladrando alado de tu casa, el coche que pasa en la calle como boom box y ves el vibrar de las ventanas de tu casa y la vecina que pondrá sus canciones fresas a todo volumen, todo esto nos parecen rutinas aceptadas en las que podemos vivir y las entendemos como parte de la urbe que habitamos.
La primera vez que conseguí unos audífonos propiamente para mezclar, fue cuando tenía 14 años, rogué a mis papás porque me compraran unos Sony MDR-700, el estándar en la industria del DJ en ese entonces. Como para mí fue un regalo de colección, me puse a ver una por una de las partes de la caja, digo, en otras ocasiones si te dan unos audífonos sólo los abres y te los pones pero el contexto en el que venían llamaba mucho mi atención como para dejar a un lado su empaque. Recuerdo haber leído en el manual y recalcaba que por ningún motivo se me ocurriera utilizarlos para hacer ejercicio porque explicaban un fenómeno que ellos llamaban como "trote de caballo"; si traes unas bocinas en tus oídos (porque literalmente eso son) y te pones a correr, puedes hacer trizas al tímpano ya que las ondas están de por sí afectando y luego el movimiento tran brusco que uno hace al trotar, es la perfecta dósis para quedarse sordo.
En realidad no hay una cultura del cuidado auditivo en nuestro país. Sales una noche al antro y ni siquiera es algo que pienses prevenir, de hecho es casi todo lo contrario, "no manches cómo me la pasé anoche, me puse una peda y aparte me duelen los oídos de tanta fiesta". Se le trata como si fuera un vómito más en tu vida pero la realidad es que este tipo de dolor no te lo quita una aspirina, ni el Pepto Bismol, ni nada ni nadie. El daño que produces al tímpano es irreversible y créanme, he investigado lo suficiente para entender que hasta hoy, no existe cura u operación que te rescate el sentido.
El daño más común es el tinnitus, ese beep que oímos post-fiesta y que cuando estás en tu casa lo seguirás escuchando resonar contra tu almohada. Lo bueno, es que si aún conservas salud en tus oídos, se quitará pronto, lo malo, si abusas de la exposición, terminas por agonizar con ese sonido toda tu vida. Aquí hay un artículo que escribió Uriel acerca de una experiencia personal que él tuvo con el tinnitus: DEL TINNITUS Y OTROS SONIDOS ASESINOS. PARA LEERSE, VERSE Y OÍRSE.
¿Qué sí puedes hacer para protegerte?
Los tapones de oído más convencionales los puedes encontrar en pocas tiendas de este país. El único lugar donde he encontrado unos buenos, fue en el Sam's Club, en el área de Farmacias, venden unos de color azul que se asemejan a estos:
La eficacia que tienen es la de reducir hasta en 33 decibeles el sonido exterior. Éstos son los más económicos en su tipo y que puedes encontrar de a montón. Si planeas hacer un viaje a Estados Unidos, te recomiendo te importes algunas cajitas que venden en tiendas como Wallgreens, Target, HEB, Walmart o similares.
Existen los atenuadores de ruido:
Estos a mi parecer son muy buenos, pero también caros y sólo te los venden por par. La ventaja es que puedes oír casi similar a que si no trajeras puesto algún tipo de tapón y sin dañarte el oído. La desventaja es que son de pocos usos y después hay que desecharlos, al igual que los de arriba.
Los mejores de la industria:
Este tipo de tapón es utilizado cada vez con más frecuencia en el mundo de los músicos, no sólo los DJs, sino en general se están volviendo un estándar. La ventaja que ofrecen es que reducen las frecuencias que dañan el oído (a cada quien nos dañan distintas frecuencias) y aunque escuches la música a todo volumen, o llegue alguien a gritarte al oído en un antro y te lastime (true story), nunca tendrás daño y lo escucharás normal. Son ideales para mezclar porque ofrecen la posibilidad de que monitorees tal y como si estuvieras en tu casa sin ruido.
La mala noticia: muchos te los tienen que hacer a la medida de tu canal auditivo, por medio de moldes y el par te puede llegar a costar entre 4000 y 6000 pesos.
Mi recomendación es que no se sientan "raros" por ir con tapones a un concierto o a un antro. Entiendan que los sistemas de sonido son tan colosales como lo requiera el recinto y el evento, pero ello no significa que tú te tengas que comer todas las frecuencias que escupe la bocina. El hábito a su futuro genera beneficios, no querrán estar gritando todo el día o de pronto despertar con el tinnitus y saber que llegó para quedarse, o el peor de los casos: la sordera.
Si eres DJ y sueles tocar en antros, controla tus niveles en la cabina, el monitor que tengas es sólo una referencia y bien lo dice, es para MONITOREAR. Tienes la posibilidad de aislarte con los audífonos y protegerte más que el resto de la gente, aprovecha estas ventajas y no porque la fiesta esté a todo dar, sacrifiques que después no puedas estar en ellas.
Como usuario de iPod, computadora o estéreo en el coche, los niveles que trae sí llegan a un máximo para utilizarse en ciertos casos. El iPod no necesita que lo subas a todo volumen, en menos de 5 minutos ya habrás provocado un daño irreversible. Sé lo que es escuchar tu canción favorita a todo volumen, sé que no se escucha igual pero hay que usar con sabiduría esos momentos donde estás expuesto a mucho sonido para que la disfrutes como tal (siempre y cuando protejas tus oídos).
Si eres músico y no quieres llegar al punto de tu vida, que como Phil Collins, donde abandones el barco por quedarte sordo, en verdad estima eso que por ahora, ni la medicina multi millonaria te regresará.
Aquí les dejo una tabla sobre la cantidad de decibeles que hay en circunstancias cotidianas y la cantidad de tiempo que puedes estar expuesto a ellas.
Una recomendación de caso real: It's All Gone Pete Tong (aunque Pete no está sordo ni cerca, se basa en la vida de los DJs)