En tiempo en los que parecería que cada vez es más difícil hablar de cines nacionales Chile tiene, desde hace más de una década, una de las cinematografias más interesantes del mundo. A la par de países como Irán, Grecia, Corea del Sur y México, el cine chileno ha cosechado en tiempos recientes premios y reconocimiento en los festivales más importantes del circuito global. Hoy, a los nombres de cineastas como Patricio Guzmán (Salvador Allende, La batalla de Chile, Nostalgia de la Luz, El botón de nacar), Andrés Wood (Machuca, Violeta se fue a los cielos, La fiebre del loco) y Pablo Larraín (Tony Manero, Postmortem, No, El club) debemos sumar el de Sebastián Lelio que regresa a la Berlinale este año después de haber triunfado hace cuatro años con Gloria. La nueva cinta de Lelio, Una mujer fantástica, es mucho más que la confirmación de que es un extraordinario director de actores y nos recuerda que en el realizador sudamericano hay un verdadero autor con estilo propio.
Radiografía de la sociedad chilena contemporánea y retrato de la homofobia y discriminación hacia lo diferente por parte del conservadurismo, Una mujer fantástica es la primera verdadera contendiente a los premios entre lo que hemos visto hasta este momento por acá. No sería nada extraño que la protagonista de la cinta, Daniela Vega, repitiera el oso de plata que ganó Paulina García con Gloria en la Berlinale de 2013.
De esto y más les sigo platicando durante la semana desde Berlín.
El More