Además de poner en la órbita del mundo del cine a nuevos directores los festivales también sirven para presentar los nuevos trabajos de cineastas consagrados. Ese es el caso de la realizadora británica Sally Potter que presenta este año a concurso La fiesta, una comedia negra de enredos que suma a su exitosa carrera un nuevo género en el que se mueve con soltura y naturalidad.Responsable de cintas tan diferentes como Orlando, Si, Ginger y Rosa o La lección de tango Potter demuestra una vez más que lo suyo sigue siendo una mano firme para la dirección de actores y un gusto particular por el retrato de las relaciones humanas. Amor y desamor. Salud y enfermedad. Lealtad y engaño. Música y silencio. Todo retratado en un espectacular blanco y negro y puesto en escena en un sólo lugar y tiempo. Cine que dialoga con el teatro y la comedia física y que nos recuerda que el oficio, cuando de verdad existe, consigue que una historia sencilla en buenas manos puede ser mucho más que una película menor. Se va poniendo interesante la Berlinale. Por aquí les sigo platicando. El More