Por Francisco Hernández Ramos
Fotos: Lulú Urdapilleta
Felicidades Guadalajara. Ustedes lo tienen todo: una gastronomía exquisita; belleza femenina encantadora; una pujante generación joven que ha transformado la vida cultural y social; una impactante industria de tecnologías de la información, y ahora, tienen el próximo gran festival de rock, el que seguramente competirá de frente con Vive Latino.
El sábado pasado éramos unas 30 mil voces conectadas haciendo una sola conciencia colectiva, que por casi 12 horas y más de 20 actos musicales, hicimos del Festival Coordenada una experiencia del rock, que apenas con dos ediciones, promete un futuro lleno de magia.
Entre todos los actos, Descartes a Kant, El Columpio Asesino, Nacho Vegas, El Gran Silencio, Los Tres, Natlia Lafourcade, The Dandy Warhols, fueron convirtiendo a Coordenada en algo único, mientras el medio día jalisciense y su poderoso sol se transformaban en una plácida tarde de otoño de cielo rojizo.
El evento tuvo la genial idea de instalar estaciones para cada necesidad del espectador: imaginarios en una loma donde podías recostarte; carpas con sillas y mesas para comer, descansar y platicar; actividades lúdicas que quitaban un par de horas en fila para culminar en 20 fabulosos segundos de caída en espiral desde los 17 metros de altura de un tobogán.
Cada espacio fue pensado para ser bien disfrutado. Los dos escenarios principales uno junto al otro, separaban sólo por instantes las presentaciones, ofreciendo 12 conciertos estelares sin necesidad de perder un solo detalle de cada uno. No se cortó ni un momento de inspiración.
Así fue como la tarde se volvió noche, una noche fresca, con más estrellas visibles que las que podemos ver en la Ciudad de México. De repente el Piporro y su "Taconazo" se convirtieron en el abridor de Café Tacvba. Las parejas bailaban norteño, y el norteño hizo slam con "El fin de la infancia". La energía estaba al tope. Para ese momento de luna creciente, la conciencia colectiva ya actuaba por sí sola, respondiendo al arribo de Blur y su camión de los helados que llamaba a todos los niños con "O Sole Mío" y la canción de los ositos, para disfrutar de la variedad de sus sabores.
Guadalajara explotó en gritos y cantos al momento de "Go Out". Blur tenía por fin la confirmación más fidedigna de ser un fenómeno en México: una sola placa de gente, parada sobre el suelo de Trasloma, superaba en número a los espectadores en el Palacio de los Deportes apenas 48 horas antes en el Distrito Federal. Al día siguiente la prensa local anunciaba como nota principal “el día de suerte de Blur”, la espectacular noche del 17 de octubre.
El perfecto cierre de Coordenada nos hizo pensar algo que pocas veces recordamos de un festival. Es una celebración, donde los presentes nos congregamos por lo que da sentido a nuestras vidas. Coordenada 2015 nos convenció que este es el mejor momento de todos para vivir y ser joven. It Really Could Happen.
