El sistema educativo en jaque: la deserción escolar frente a la pandemia
Desde el inicio de la modalidad de aprendizaje a distancia, la educación es una de las áreas que más ha resentido el confinamiento. El método de aprendizaje que se mantendrá hasta que el semáforo epidemiológico se encuentre en verde puso en jaque a toda la comunidad escolar.
Los diferentes desafíos desde la desigualdad
El aprendizaje a distancia visualizó las desigualdades sociales presentes en nuestro país ya que según el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía), en 2019 sólo el 44.3% de los hogares en México contaba con computadora y solo el 56.4 % con conexión a internet, por lo tanto, la accesibilidad a la educación a distancia se presentó como un desafío especialmente grande para los alumnos con menos recursos electrónicos y económicos.
Sumado a lo anterior, la disminución del ingreso familiar a causa del confinamiento pone en peligro la continuidad de los alumnos en las escuelas ya que muchos se verán orillados a abandonarla por motivos económicos. Situación que se agrava para las familias que laboran en el sector informal ya que no solo carecen de protección social sino que también se desempeñan en sectores de los más afectados por la pandemia.
Además de la gran cantidad de alumnos que no disponen de los medios tecnológicos adecuados, también se encuentran aquellos que no cuentan con un espacio ni un ambiente idóneos para cumplir con sus tareas de manera virtual. A lo anterior se suma la carga física y emocional que lleva el pasar hasta 12 horas sentados frente a una pantalla, ya que dicho tiempo no se limita al horario de clases, sino que se extiende debido a que las tareas y proyectos también deben ser entregados en línea.
Debido a lo anterior, la deserción escolar ha llamado la atención en todo el mundo, de hecho el informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo). El informe Los jóvenes y la pandemia de la COVID-19: efectos en los empleos, la educación, los derechos y el bienestar mental encontró que el 65% de los jóvenes considera que su actividad educativa se ha visto afectada desde el inicio de la pandemia; más de la mitad de estos considera que sus estudios se verán atrasados y el 9% que puede que los abandonen definitivamente.
Frente a esta problemática, Ibero 90.9 se dió a la tarea de recabar testimonios de alumnos que se dieron de baja de su educación superior por motivos de la pandemia.
“Los profesores neta no entienden, cada día te pedían cosas, y te pedían millones más de que no tenías ni el tiempo ni la capacidad ni las ganas”.
Vanessa, estudiante de ingeniería
Vanessa es una estudiante de ingeniería que nos compartió su visión sobre los problemas que ve alrededor de la educación a distancia; ella comenta haberse dado de baja voluntaria por un semestre debido a la distintas razones, la principal: la dificultad de concentración. En su caso expresa que le resultaba sumamente difícil prestar atención en las clases, sentía que no aprendía como lo haría en una clase presencial.
“El semestre pasado cuando empezó la pandemia la verdad yo mentalmente no podía con las clases no me pude acomodar no puede encontrar ni el tiempo, la mentalidad, la vida”, declaró Vanessa para 90.9.
La estudiante de ingeniería también reconoció los retos que representa la educación a distancia para los profesores. Señaló “Los profesores no lo saben explicar, no es mal plan, no les dan una introducción a cómo dar una clase en línea porque la verdad tiene su chiste”. De hecho, confesó en ocasiones haber llamado por teléfono llorando a sus profesores debido a lo tensa que le resultaba la educación a distancia.
Por otro lado, Sofía, estudiante de Cine, proveniente de Jalapa, también nos dio su testimonio en audio y el porqué de su deserción escolar.
Las proyecciones
Aún con las dificultades originadas por la pandemia, el año escolar concluyó el 6 de julio de 2020. Sin embargo, la SEP estima que al menos 800,000 estudiantes de tercero de Secundaria no continuarán su tránsito a la Educación Media Superior. Un mes después la Secretaría anunció el estimado de un 10% de alumnos de nivel básico y 8% de nivel superior que abandonaron sus estudios debido a la pandemia.
Datos a partir de los cuales el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) en el mes de julio publicó un ejercicio hipotético de deserción escolar en otros grados académicos. Los resultados de dicho ejercicio señalan un escenario hipotético donde 593 mil 9 alumnos de nivel superior y 38 mil 567 en posgrados que dejaran sus estudios para el ciclo 2020-2021.
Entre las consecuencias esperadas en educación a raíz de la pandemia se encuentra la migración de alumnos de escuelas privadas a escuelas públicas, al respecto el subsecretario de educación Marcos Bucio declaró que la Secretaría cuenta con la infraestructura para recibir a dichos alumnos. Mientras Miguel Székely señaló “... y el sistema público hasta donde yo sé no está previendo de ninguna manera la demanda por los servicios públicos...” en un foro de El Financiero.
Por otro lado, para hacer frente a tal migración la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que la beca "Mi Beca para Empezar" estará garantizada para los estudiantes de primaria y secundaria que migren a escuelas públicas.
Las consecuencias
El cierre de escuelas no se limita al aprendizaje sino también a la interrupción de otros servicios básicos como la alimentación escolar, los programas de recreación, las actividades extracurriculares y el apoyo pedagógico. De hecho, parte de los insumos que los alumnos necesitan para su aprendizaje son proveídos por la escuela, por lo cual en las clases a distancia deben obtenerlos por otro medio.
“Varios de mis amigos que metieron clases ahorita me están diciendo 'creo que fue la mejor decisión que pudiste haber tomado, ahorita me están pidiendo esto, me están exigiendo esto, pidiendo este programa y mi computadora no jala'. Por ejemplo si necesito en mi carrera un multímetro, una resistencia, voltajes un buen de cosas que la escuela me lo daba en los laboratorios, pero si no me puedo presentar a los laboratorios como es que me van a dar la clase, ¿no?”, afirma Vanessa.
La incertidumbre del futuro
La incertidumbre no se limita a las cifras de aquellos que no continuaran estudiando, de aquellos que migraran o, como en el caso de Vanessa, de aquellos que desconocen cuándo concluirán con sus estudios. Según la Organización Internacional del Trabajo, las consecuencias se extiende al mercado laboral al que se pretenden integrar los jóvenes una vez egresados, ya que estos consideran que podría ser más difícil su inclusión en un escenario laboral post-pandemia.
De hecho, en el mismo informe se encontró que gran parte de los jóvenes labora en los sectores relacionados con la atención al cliente, la prestación de servicios y las ventas, sectores que fueron de los más afectados por la pandemia, lo cual llevó a una disminución en sus ingresos, por lo cual es posible decir que los estragos de la pandemia van más allá de los que hemos visto hasta ahora y es posible que los reconozcamos mejor con el paso de los años.