En la mística natural de todo festival de cine las estrellas juegan un papel muy importante.Su simple presencia, además de dar relieve al evento, suele atraer público y prensa normalmente y la edición de Locarno de este año no es la excepción.De ahí que los homenajes que el festival ofrece este año al mítico actor francés Alain Delon, a la incombustible intérprete inglesa Charlote Rampling y a nuestro compatriota Gael García se revelen como los eventos mas esperados por prensa y público. Sin embargo, y más allá de los reconocimientos, las estrellas son importantes en el cine precisamente porque destacan desde el primer instante en que la cámara les enfoca.Porque la lente les quiere. Así, sin importar si son jóvenes y bellos o viejos y experimentados, los actores y actrices de verdad llenan el cuadro con su sola presencia y hacen que el respetable guarde silencio y preste atención. Ejemplos de ello en la edición de Locarno de este año hay muchos y van desde la fantástica presencia de la veterana Jeanne Moreau en "Una Estoniana en París" -protagonista emblemática de la nueva ola del cine francés y protagonista del clásico Jules y Jim- hasta la brillante agresividad de Kristen Dunst - flamante ganadora de mejor actriz en Cannes el año pasado- en "Bachelorette" pasando por Vincent Lindon y Emmanuelle Seigner -siempre solventes- en "Pocas horas de la primavera". La relevancia de todos ellos está en su capacidad de aprovechar los papeles más extraños y de sacar agua de las piedras aún bajo las circunstancias más delicadas.Así, estar cerca de los 80 se convierte en una oportunidad inmejorable para construir una cascarrabias entrañable o haber perdido el abdomen de acero y la juventud el mejor camino para convertirse en un ex presidiario que tiene que aceptar la enfermedad y muerte de su madre. Las estrellas son así.No importa si se supone que llevan el primer crédito o si sólo interpretan un pequeño cameo. Cuando aparecen en pantalla todos nos enteramos y cuando salen de ella empezamos a extrañarlos.Por eso no es gratuito que se les paguen sueldos exhorbitantes, que se les cumplan todos sus caprichos o que les rindan homenajes.Justo del que le hará el Festival de Locarno a Gael García y de la película que se proyectará en el mismo -"No" de Pablo Larraín-, les cuento mañana. Un abrazo desde Suiza El More