50 años y la herida sigue abierta
Foto vía: Medio Panorama Noticieros # M68
Hace años, el Gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz sería el responsable del acto de represión más terrible en la Historia de México del Siglo Pasado. Hace cincuenta años que el gobierno utiliza el fuego y la fuerza para silenciar a los manifestantes de un pueblo, ante los antepasados y las armas.
1968
La matanza de Tlatelolco se convierte en un símbolo de resistencia . Ante la opresión y la incitación a la violencia, la verdad es que sigue abierta. El gobierno y el ejército, los guardianes de la ordenación y la seguridad para los mexicanos, se volcaron en contra de sus hijos, han demostrado en su lucha por la libertad y la justicia.
Vía Noticieros Televisa # M68
Congregados en la Plaza de las Tres Culturas , miles de personas continuaron una serie de movilizaciones el 2 de octubre de 1968 . Fue entonces cuando, en plena demostración de la fuerza y el autoritarismo, el ejército y los grupos paramilitares incitaron a la violencia, abriendo fuego entre el desconcierto de los presentes. De esa ola humana encauzada a exigir mejores oportunidades, también fueron eliminados, pero también desaparecieron para siempre.
Pasarían años enteros antes de que la sociedad se atreviera a decir lo ocurrido. Para el gobierno, tendremos que pasar los tiempos antes que el pasado 2 de octubre, incluso cuando la generación se haya gobernado en el país.
Hoy, el 2 de octubre se recuerda sombríamente en movilizaciones. Decenas de plantas de la UNAM cierran sus puertas en la señal de vida y cientos de contingentes de muchas instituciones educativas, tanto públicas como privadas, se unen para evocar los días en que, pese a que el gobierno matara a los jóvenes, también salieron a las calles para exigir el cambio y el respeto a su dignidad.
Vía Proceso # M68
Los días han cambiado y hasta cierto punto, el 2 de octubre sí se olvida. Existen hechos muy concretos, como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que se resuelven y se mantienen con la tradición de no esclarecer los hechos y las anécdotas de la protesta de la juventud. La generación del 68 se ha convertido en un problema contemporáneo, pero no en la voz. Esa voz siempre será grabada.
