Cruz Azul y Guadalajara son dos grandes del fútbol mexicano, su historia, títulos y afición los respalda, pero el tener ese distintivo conlleva responsabilidades que los dos equipos han olvidado. "La Máquina" lleva años de sequía, ya casi son dos décadas sin poder alzar un campeonato de liga y las Chivas pelean por no descender, lo que no es poca cosa sino es el resultado de años de mediocridad y miserias.
A pesar de todo, cada vez que se enfrentan los celestes y el Rebaño, sus aficiones los respaldan. El Estadio Azul abrió sus puertas para recibir un nuevo duelo con polos totalmente extremos: los locales llegaron como líderes invictos y la visita llegó con muchas criticas por su pelea en la permanencia en Primera División.
Cruz Azul no hizo un mal juego, tomó las riendas del partido, generó llegadas y tenía la posesión del balón, con lo que le bastó para ponerse al frente en el marcador pero al final hizo una típica ‘cruzazuleada’. Las Chivas en el primer tiempo pasaron desapercibidas, sin intensidad y sin generar llegadas. Para la segunda mitad, con una actitud renovada pudieron generar tres ocasiones de gol, de las cuales concretaron dos.
La noche cayó en el inmueble de la colonia Noche Buena, en esta ocasión las Chivas se reivindicaron y le dieron un rato de euforia a su afición, mientras tanto la Máquina volvió a ser ese marido ingrato que no satisface a su hinchada.
Jacobo Frontana
@jac_frontana
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