Partió en el último carguero, atrás quedaron los palacios, La Fonoteca Real, los aposentos imperiales, las carcajadas, las caipiriñas, la nación pocajuta... Su Alteza (acongojado y con lágrimas en su rostro) declaró dos semanas de duelo bailador, todas las mañanas sonará Esquivel en los altoparlantes de Jucapó. Jaraneros, tamborileros, danzantes y músicos provenientes de Playa Pitaya y de toda la isla, tocarán y bailarán día y noche para homenajear al hombre, a la semilla primigenia, al segundo al mando del gran imperio, al hijo predilecto de Pocajú: Uriel Waizel. La noticia resonó en todos los rincones de nuestro paraíso, las calles se llenaron de manifestantes, se improvisó un carnaval que alternaba entre el llanto y la alegría. El Sindicato de Operadores de Lanchatortugas entró en huelga musical, se registraron intentos de sabotaje en el puerto del Capibara Ebrio, fue demasiado tarde: el barco había partido y Uriel Waizel se desvaneció como un Quetzalcóatl tropical.
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El sistema de cable telegráfico submarino se saturó por la avasalladora cantidad de telegramas que inundaban la central, con el transcurso de las horas, logramos rescatar estos sentidos mensajes dirigidos al hombre que edificó toda una isla con sus propias manos e imaginación.
Van para ti, vaquero:
Felipe Arias Se nos va del camino una mente repleta de música, una mente con el universo sonoro del mundo en la cabeza. Sin su acertado oído, esta isla jamás habría tenido tantos lujos, tanta diversidad, ni tanto color. A su aporte le debo las increíbles ideas de volverme un locutor de música tropical, un cronista de archivos perdidos y un solemne enterrador de músicos. Pero como a todos los grandes soñadores, el camino algún día se les estrecha y es necesario buscar otro rumbo donde quepan tantas grandes ideas. Dichosos los que lo recibirán. maestro.
Gracias, Vicemarajá. Esta isla y las otras a donde hemos navegado son lo que son por usted haberse ocupado de nosotros.
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José Luis Aragón "El escriba" La ceremonia fundacional del Pocajú asumió un ritual que requirió de fuerza y resistencia, ese día desde los aposentos de Uriel Waizel, se desplazó una almohada monolítica al lugar ceremonial donde se conformaría el primer consejo pocajuta, el cual fue recibido por un potaje a base de cacao y avena que cumpliría el fin de reponer energía tras la travesía; la monolítica almohada serviría para retozar y dejar fluir las ideas fundacionales de la isla. Inspirado por el arte que decoraba los muros del recinto ceremonial y ya en meditación sobre la monolítica almohada, el insipiente consejo pocajuta discernía sobre la fundación de la Isla, sus valores musicales, sus mitos, tradiciones y costumbres mientras Uriel Waizel fungía como el primer escriba del Pocajú, Él es quien daría orden a los primeros pergaminos pocajutas y aportaría la megalítica almohada fundacional que en un principio fungió como herramienta de conexión con el mundo sagrado pocajuta. La partida de la Isla del pimer escriba pocajuta debería decantar en un rito tan mágico y musical como la Isla mientras todos los pocajutas degustamos de potajes mágicos. Aloha pocajutas. Aloha Uriel Waizel.
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Hanisi Sieteagostos (Fabián Vega) Tiempo antes de que el Marajá me encomendara la noble misión de cazar tesoros discográficos para su fonoteca la vida nómada ya era mi modus vivendi. ¡Cada viaje un reto y una nueva aventura! En uno de esos viajes conocí al primo del Marajá, quien muy amablemente se ofreció a llevarme de regreso a Pocajú en su yate. Tiempo después y por el azar de las corrientes marinas tuve la fortuna de formar parte del equipo explorador que él supo dirigir, hasta el día de hoy. Ahora es el apreciado primo del Marajá quien parte a emprender una nueva misión a otra isla. Por todo lo que le aprendí, gracias y ¡que las buenas olas lo acompañen en esta nueva aventura! Aloha.
Arantza Vázquez
"¡Aloha, Uriel! Miles de plantas y fresas flameadas para ti"
Pronto habrá un desfile en la isla, tan grande como cuando el Marajá cumplió sus 50 años flamingo, y más espectacular que el festival anual de joyerías de fantasía. Además, el palacio se adornará con las plantas más bellas de la isla y de las naciones que guardan relación con Pocajú, incluyendo una que figura las orejas de un gato.
La razón de tal evento es la partida de Uriel Waizel, quien se va a territorios de ultramar a estudiar follajes silvestres de todos los colores, y a encontrar la mejor forma de preparar el sangüichón. Será recordado por crear el daiquirí de orangután (el favorito del marajá), pero sobre todo por poblar la isla de nuevos habitantes a los que enseñó a imaginar un delicioso y mágico lugar tropical, en el que las chicas parecen salidas de Ipanema y donde el turbante siempre está de moda.
La población de Pocajú sabe que gran parte de su diversión y momentos amenos salieron de las palabras, las búsquedas musicales, y las acciones creativas de Uriel, por lo que espera que esto mismo jamás le falte en donde esté.
5000 bailarines traga fresas flameadas ya practican su coreografía al tiempo que, los artesanos bordan faldas de hojas con rubíes y coronas de plátano y mango que se usarán en el desfile. Nada menos merece una conmemoración para aquél que a la isla y a sus residentes tanto les dio.
¡Aloha, Uriel!
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DJ CHAVITO, aka Roy MT
Es bien sabido que mi primera aparición al aire en Radio Pocajú fue durante una transmisión en vivo desde Playa Pitaya, del programa Ding Dong Pocajú. Donaldo Colón y Quity Estrada me interrumpieron en plena partida de voleibol para mandar unos saludos al público entrañable de la estación... y ya. Ahí me quedé durante un año o más, sonando el puro sandungueo a través de la PKJU Internacional. Anduve al mando del campeo junto a Don Couto, Quity Estrada, el chango Ricardito, el chango Junfelio, Hanisi Sieteagostos, y Virginia Victoria. Ahora los saludo con mucho afecto desde la zona más árida de la isla, donde sigo en un camino espiritual, en busca de la música que mejor acaricie mi... oreja.
Lo que casi nadie sabe es que mi proceso para entrar a la isla fue lento y por poco me ahogo en un mar de papeleo que la embajada del ritmo pedía para ejercer como artista extranjero en la isla. El magnánimo primo de Su Majestad, Uriel Waizel fue quien siempre me ayudó a no ir a la ventanilla incorrecta durante mi proceso burocrático. Él me ayudó corrigiendo mis papeles, asegurándose de que no tuvieran faltas. Él corrigió mi estilo, desde el ámbito gramático, hasta el musical, fue él quien me habilitó una copia de la llave para la legendaria fonoteca de la PKJU, para informarme y poder ser un DJ tropical de verdad. Fue él quien me introdujo a la comunidad. Era él a quien acudía siempre con dudas, ya que siendo extranjero en la isla, siempre es difícil entablar relaciones con gente nueva. Por esa paciencia y amistad estaré siempre agradecido.
Grande, mi experiencia con el Waizel, ya que desde el principio él sabía que yo tenía potencial para la vida musical de la isla. Yo solo me acerqué a él buscando trabajo y unas recomendaciones musicales. Inmediatamente me acogió y muy pronto comenzaba a escribir notas sobre discos y eventos relevantes a los gustos tan refinados del Marajá. Andaba yo metido en todo tipo de congales místico-tropicales para poder sacar una nota que hablase de los rituales musicales que acontecían en los barrios más bajos de la isla. Fui un aguerrido comensal de la PKJU por varios años antes de poder conseguir mi acreditación oficial como DJ en el Bar la Kulaka en Playa Pitaya. Lo que nos lleva al encuentro con Don Couto y Quity.
Con su despedida, Uriel Waizel deja un enorme legado y muchas cosas que pensar. Ahora, más que nunca, debemos sostener los pilares de la PKJU altos y fuertes, ya que no dejaremos que la salida de nuestro más comprometido melómano afecte el fluir de congazos y cantos gargantuosos con olor a mango y menta que expiden los altoparlantes frente al palacio real de Su Majestad. Sabemos que aunque se vaya, no estaremos solos, ya que siempre tendremos una película de Bollywood a la cual recurrir para en ellas encontrar toda la sabiduría que Waizel nos comunicaba. También damos por seguro que él tampoco estará solo ya que siempre que él quiera, podrá encender su radio transmisor y sentirse querido y acompañado por toda esta flora y fauna salvaje que lo reconoce con el más estridente ¡ALOOOOHAAAA!
¡Aloha Uriel!
Gracias.
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Liber Terán
“Y la Radio nos hizo camaradas”
A Uriel Waizel:
Con motivo del ciclo tan importante que Uriel Waizel cierra en Ibero 90.9, tras cerca quince años de trayectoria haciendo diversos proyectos y como jefe de contenidos en tan importante espacio de la radio universitaria en nuestro país, le dedico las siguientes líneas:
Conocí a Uriel en 2002, cuando el World Music nos juntó por accidente. Y digo por accidente porque ambos andábamos alrededor de ese género mal llamado “música del mundo” en diferentes ámbitos. El como locutor de radio y Yo como cantante de Los de Abajo, banda que me llevó a recorrer todo ese circuito de música global en todo el continente Europeo y Norteamérica y en algunos lugares de Asia y Oceanía.
La BBC acababa de premiar a Los de Abajo como mejor grupo en la categoría de Américas en los premios que ellos denominaron Radio 3 World Music Awards, y nuestra sociedad autoral había organizado un brindis para el festejo. A ese festejo asistió Uri, y a partir de ese momento establecimos una amistad que iría creciendo.
Él ya había realizado un especial de Los de Abajo para Grupo Imagen, y al poco tiempo se sumo al equipo de Ibero 90.9 que había dejado de ser Radio ibero.
Seis años después en 2008, yo me encontraba iniciando mi carrera solista fuera de Los de Abajo, fui invitado por Uriel a hacer un programa para la Radio Pocajú internacional, espacio dedicado a las músicas de fusiones dentro de Ibero, donde se me invitó a hacer un playlist sobre mis influencias musicales y también a presentar mi disco debut El Gitano Western. He de confesar que hacer playlist siempre ha sido uno de mis gustos más apasionados.
Después de hacer ese especial, Uriel me sugirió hacer un programa de media hora donde hiciera lo mismo pero con selecciones de cinco o seis temas por programa. Así fue como nació “Música Polvosa” (sesiones con “El Gitano Western).
A partir de ese momento me convertí por accidente también en locutor y curador de Radio Pocajú Internacional, sin tener la responsabilidad de mostrar ni promover necesariamente mi música, sino de encontrar la libertad que todo amante de la radio puede tener al mostrar sus gustos personales e íntimos.
Ya nueve años han pasado desde que soy colaborador de Ibero 90.9 con esa “Música Polvosa”, cuyo título también fue creación de Uriel.
Con la partida de Uri de la estación una parte mía también se va, aunque por supuesto yo me quedaré hasta donde me dé el gusto, la necedad y la vida por hacer apasionadamente “Música Polvosa” y habitar en el imaginario de Pocajú en donde me he sentido muy pleno.
Pero es importante que no solo isla de Pocajú se quedará medio se quedará medio vacía sin uno de sus creadores, por no decir su creador. También extrañaremos otros programas que Uriel hacía como Quirky o los mismos Clikaportes, en cuyas primeras sesiones participé con Los de Abajo y también varias veces en mi proyecto solista, y que a mi parecer han sido una plataforma muy importante para las diversas propuestas alternativas de México e Iberoamérica.
No me queda si no agradecerle a Uriel todo el gran universo musical compartido en estos quince años que llevo de conocerlo y le deseo lo mejor de lo mejor en esta nueva etapa que empieza en otros lares. Gracias a la Radio que nos hizo y nos hace Camaradas.
Líber Terán, julio de 2017.
Melissa Suárez del Real
Comunicado oficial del Gobierno del Pocajú:
S.M. el Marajá de Pocajú y todo el equipo de la Fonoteca Nacional expresan su más profunda gratitud a D. Uriel Waizel por su servicio prestado como oreja izquierda de la fonoteca y decretan un silencio oficial de veinte tiempos para rendirle homenaje al trabajo de su fiel colaborador.
Reclutado a principios de la década de los 2000, el señor Waizel emigró de Cincotorres, Sáteland a Jucapó gracias la célebre beca Oreja de telaraña que se adjudica cada cinco años a los comisarios musicales pocajutas que tienen lo que se denomina en la isla como "Filtro absoluto". Esta condición cognitiva fue descubierta en 1950 por el laboratorio musical de la Casa Real, y permite un dominio absoluto de la selección y filtrado musicales.
Desde su llegada a la Fonoteca Real, D. Uriel ha puesto el nombre del Pocajú muy en alto gracias a su gran sensibilidad y ética laboral. Debemos recordar que él se encontró entre el consejo de sabios que definió el plan para lanzar la Radio Pocajú de manera internacional y con ello relanzar la economía y la vida diplomática del país.
En nombre de su Majestad el Marajá de Pocajuta, de la doctora Melanka Svarinska, Documentalista de la Fonoteca, y de todo el equipo de la Secretaría de Sonido queremos enviarle una sonrisa sonora y enviarle los mejores augurios para el camino que emprenda.
Y como dice el proverbio tradicionalmente atribuído a Rufino Fiu fiu, " Que haya silbidos allí donde trabajas".
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Jorge Hermosillo (Ministerio de las Olas)
Aún recuerdo cuando llegué a la isla, sin rumbo, con poco conocimiento sobre la vida. Lo único que sabía era acerca de las olas, y las mareas. Aún así, el recibimiento que se me dio no fue nada menos que espectacular, y al frente del comité de bienvenida estaba Uriel Waizel.
Poco a poco, al darse cuenta de lo que sabía, me puso al frente de nuestro amado Ministerio de las Olas, abriendo las puertas de la fonoteca del Marajá y siempre impartiendo todo su conocimiento para que esta dependencia marchara para beneficio de todos los Pocajutas.
Sin duda el apoyo y enseñaste Don Uriel siempre será mayor a lo que pueda aportar yo a la isla, y por ello siempre le estaré agradecido. ¡Mahalo ali'l, kumu Uriel!
Pōmaika'i, a hui hou... ¡Aloha!
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Junfelio- Junf Ga
"Hasta Lalango, Uriel"
Resulta que en un festejo cerca de ciudad capital al oeste del Maharajá Road, se encuentra Colcata, la localidad que se caracteriza por una alta fabricación de tambores. Era el festejo anual de la batucada, miles de personas estaban presentes para presenciar el festejo, entre un montón de gente se encontraba Uriel Waizel, lucía con un atuendo de guayabera y un short verde color aguacate, fue ahí cuando el Marajá nos presentó provocando un plática interminable; percatandonos de una infinidad de gustos en común y de un comienzo para empezar hacer cosas juntos, Uriel me mandó a citar al palacio real del Marajá para preguntarme cómo se tocaba el yembé, el tambor más antiguo de toda Colcata, viendo mis aptitudes en la manipulación del tambor, el Marajá me platicó que se necesitaba alguien que fuera de mucho sabor percusivo en la PKJU, debido a que querían implementar unas clases de batucada para toda la Radio Pocajú y provocar fiestas interminables.
A mi llegada a la PKJU me encontré con una diversidad de personalidades y ahí fue cuando mi honra al Marajá comenzó a surgir debido al agradable ambiente que se sentía en una radio pública lleno de musicalidad de la isla del Pocajú, mi contribución musical a la fonoteca fue inmediata y de tanto donar discos, su majestad el Marajá dijo: “Dirigirá la Radio” ahí fue cuando se me hizo entrega de una vela olímpica para dirigir la PKJU Radio Pocajú Internacional, después de tan honorable ceremonia y tomar protesta, me llegó mensajería proveniente de las afueras de la isla, se trataba de mi contrato en cumplimiento en el servicio con la sociedad en la estación del Marajá para empezar a laborar lo antes posible y tomar un curso para atender todo asunto de bien hacia la PKJU.
Con un jugo de trompera fue mi recibimiento en la Radio Pocajú en compañía de Uriel Waizel, personalidad a la que le debo una rebelión de discos por transmitirme conocimiento y dirección hacia los micrófonos de la PKJU, una enseñanza dura pero precisa con una comunicación directa y precisa con una imaginación interminable.
Me quedaré con el grato recuerdo de todos miércoles al mediodía, Uriel Waizel me hacía entrega de nuevos planes para la estación de radio que solo existe en una isla, con mucha música y con una pasión por el world music la PKJU Radio Pocajú seguirá recordando donde quiera que se encuentre. ¡Aloha Marajá! Amigo Pocajuta
Por siempre Uriel Waizel…
Junfelio lo extrañará con esos inigualables aportes a la fonoteca.
Nos vemos en la CDMX
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Aarón Ávila (ardilla activa de la H.H. Prensa Pocajuta)
Soy de la idea de que todos somos unos náufragos que navegamos con destino incierto. Con mal de amores a cuestas, desahuciado de la vida, las aguas y el viento me llevaron a atracar en una isla exótica y paradisíaca que se convirtió en mi bálsamo, en una especie de salvavidas que le devolvió el color e ímpetu a mi vida, Pocajú me acogió y arropó como si fuera el hijo pródigo que vuelve tras sus tropelías. Miro a Waizel como un referente, es mi Gandalf, mi Yoda, ¡el héroe de la película, chingao! Conocí a don Uriel Waizel por medio de la radio, su voz era/es una compañía continua, nunca pensé que la vida permitiría que nuestros caminos se cruzaran. Miro hacia atrás y recuerdo cuando en 2010 le escribí un mensaje a un desconocido/conocido Uri: " Tal vez sea muy osado el pretender que me agregues a tus amigos de Facebook; no soy un artista, mucho menos un músico, sólo soy un melómano de corazón... admiro tu trabajo, de la estación en general, son una compañía constante en mi día a día". Los caminos de la vida... Como todo hombre sabio, Uriel regala su amplísimo conocimiento musical a raudales, ahí radica su virtud y encanto: es un hombre generoso, un manantial donde los melómanos sedientos se acercan a beber. Pocajú es mi casa, forma parte de mis días, forma parte de mí, así como todo lo que aprendí del señor Uriel Waizel, hartas gracias y que la sabiduría y benevolencia del Marajá ilumine su camino. No soy bueno en el asunto de las despedidas, soy de esos que lloran cuando una voz cotidiana se apaga en la radio. Sin más, le regalo estos versos con mucho cariño:
[...] Ítaca te dio el bello viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino. Pero no tiene más que darte.
Y si pobre la encuentras, Ítaca no te engañó. Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia, comprenderás ya qué significan las Ítacas.
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