De cómo España se convirtió en una de las capitales mundiales del hip hop
Lo primero que hace falta decir, es que es imposible desarrollar verdaderamente lo que ha sido la historia del hip hop en España en un solo escrito o en una hora de programa radial, porque cada vez que uno se adentra en alguna de sus aristas, descubre que hay mil hilos desconocidos, sorprendentes y de un nivel que despeina, escondidos entre medio de un underground rico y extenso, que además cambia de forma e idioma según de cual zona hablemos.
Los que escarbaron hasta allá lejos en el tiempo, dicen que la entrada del estilo en ese país pasó como ocurre con la mayoría de los movimientos artísticos en el mundo: por un accidente.
En los inicios de década de los 80’s se asentó una base militar de Estados Unidos en Torrejón de Ardoz, zona cercana a Madrid. Entre esos militares había varios de origen afro americano, que como era de esperarse, escuchaban hip hop y vestían con las fachas típicas del estilo. Los jóvenes de la zona alucinaron con la onda mientras compartían con estos militares en sus salidas nocturnas a los bares y clubes del pueblo, lo que dio en los proyectos primigenios de rap en español, como por ejemplo los Verdaderos Kreyentes de la Religión del Hip Hop.
Al mismo tiempo, en Madrid comenzaban a despuntar sus primeros bosquejos algunos referentes del breakdance y el grafiti, con lo cual se completó el dibujo de los cuatro elementos, esos que Afrika Bambaataa nombró como regentes para dar marco conceptual a los primeros Universal Zulu Nation, la cuna mundial del hip hop como hoy lo conocemos.
Luego, todos los que saben, dicen que el desarrollo del estilo en España se dio en épocas fundamentales. Primero, en una franja que ocupó desde ese feliz accidente en Torrejón de Ardoz, pasando por las primeras compilaciones que formalmente se dedicaron al rap, llamadas “Madrid Hip Hop” y “Rapin” “Madrid” (1989), las populares maquetas de artistas de distintas ciudades del país que hoy son dioses (pero que en ese momento eran emergentes), como Kase O (de Violadores del Verso), SFDK, Def Con Dos y La Furia del Levante; hasta que en 1994 llegó el Club de los Poetas Violentos con su “Madrid Zona Bruta”;, el que se considera que fue uno de los discos fundamentales para que explote a nivel popular el rap en Castellano.
Después de eso, todo fue en subida, haciéndose complejo, abriéndose, sutilizándose. Y pasó algo que es bien importante: vendieron discos, dando a la maquinaria hip hopera la gasolina necesaria para que estas palabras en rima lleguen a los oídos de más escuchas.
Desde el rap destruye estructuras de Mucho Muchacho y 7 Notas 7 Colores, a las líricas cargadas de filosofía y bases entreveradas de Solo los Solo . De la maestría de Violadores del Verso (sus discos “Genios” - 1999 y “Vivir para contarlo” - 2006 aparecen siempre en las listas de mejores discos de rap español), a los primeros acercamientos a las grandes ligas del rap andaluz gracias a artistas como SFDK.
Pasando esa etapa germinal llegó el momento de oro, en el que no solo los artistas pioneros se profesionalizaron y lanzaron discos que hoy son marca fundamental, sino que varios de estos amantes del golpeteo del bombo clap se volvieron estrellas. Hablo de proyectos que seguro conocen, algunos que ya nombré, acompañados del Toteking, Chojin, Mala Rodríguez, Zénit, Rapsusklei, Falsalarma, Shotta y vaaaaaarios más.
Pasando el 2005, el rótulo hip hop en España se volvió algo que no llega ni de cera a abarcar la diversidad de formas que el género tomó, amplificándose por ramas que a veces simplemente evolucionan por los temas que las letras tratan, como el rap consiente de Tr3s Monos; otras por las emociones, como la guarra alegría adolecente de La Excepción; la revisión ragga dancehall de proyectos como Morodo, o la transpolación gangsta rap de Mitsuruggy.
Hoy, como pasa en todo en esta era del “qué se yo que es de lo que me están hablando en medio de que la info me llega de a oleadas y yo salí a la calle sin paraguas”, eso que ya parecía amplio, se ha tornado inabarcable.
El trap se ha vuelto rey y señor, el hip hop y el rap se han fusionado con una paleta inmensa de estilos como el reggaetón, el dancehall, la cumbia y vaya a saber con cuantos más. Pero fundamentalmente, los creadores ya no deben reverencia a la herencia old school; no necesitan decir “YO YO YO” en todos los comienzos de las canciones, y se han liberado de muchos de los estigmas del estilo, como los dejos machistas, la seriedad, la necesidad de contar historias de calle. Que digo, igual siguen creando y evolucionando artistas que están más alineados a esos comienzos hip hoperos en España, como lo que propone Tote King con “Lebron”, el excelente álbum que lanzó el corriente año. Pero podríamos considerar crecimiento el mood descontracturado de artistas jóvenes que ya de tan abiertos son inclasificables, como Bejo y la pandilla de la cual forma parte, La Pili, Jirafa Rey y toda la nueva liga de cultores de lo bizarro. Estos nuevos ni siquiera se reconocen parte de la escena hip hop, se abren abiertamente a lo femenino, y juegan con una imagen entre kitsch y andrógina que de tan extrema resulta revolucionaria, no importa que luego duren solo una semana.
Pero también hay nuevos que toman de la vieja escuela y la replantean de maneras muy bonitas y creativas, como el trabajo que están planteado juntos y por separado los asturianos Dj Koo y Mr Cellphone, sampladélicos a morir.
De los comienzos rudimentarios del hip hop en España hasta ahora todo ha crecido infinitamente, al punto que las malas lenguas dicen que sin dudas Barcelona es la segunda capital de hip hop de Europa, quedando solo después de París.
Como ya dijeron en su tiempo los Solo los Solo en su “Prisma”: “se acaba la batalla, pasa la hoja, mañana lo mismo, bailando en la cuerda floja, el tira y afloja, aprendo a sacarle al micro más utilidades que los chinos a la Soja”, “no existen los secretos la verdad, es dar todo lo que tienes sin preocuparte que hacen los demás. Ponlo a funcionar, sal a demostrar, nunca la envidia, la maldad, fueron un buen aval. Elige tu camino, no dejes que el camino te elija a ti porque sino estarás perdido”. Y si, si algo quedó claro, es que en España había mucha gente con algo para contar, y que el hip hop era el medio ideal para hacerlo.