Car Seat Headrest: un descubrimiento necesario en el Corona Capital
Por: Fernando Mandujano
La última edición del Corona Capital llega como cereza de un pastel horneado por más de diez años, siendo este el evento en donde varias generaciones encontrarían un punto de convergencia en el cual se puede disfrutar de las experiencias y sensaciones provistas gracias a la música.
El pasado 16 y 17 de noviembre presenciamos su décimo capítulo que fungió como una gloriosa conclusión a un ciclo de presentaciones y conciertos albergados año con año, desde el 2010. Desde la develación del lineup, la propuesta dividió opiniones y sembró dudas en cuanto a la calidad de los artistas invitados en esta edición. Músicos experimentados, que ya habían participado con anterioridad, como Interpol y The Strokes aunado a nuevos actos y sets como el de Billie Eilish y Sharon Van Etten tendrían como encargo dar vida a este nuevo acontecer.
Dentro de los shows que algunos esperaban, Car Seat Headrest destacó de entre ellos para entregarnos una gran primera presentación, digna de un evento tan célebre como éste. Una banda tan prolífica como la de ellos y con casi una década de experiencia, llegaron así al escenario Corona Light para demostrar lo que podían aportar al festival. Con un acto que duró tan solo 40 minutos y con un repertorio de siete canciones, probaron ser una de las agrupaciones más infravaloradas del cartel.
Will Toledo, vocalista y frontman, explotó sus habilidades y las de la banda para conectar con el público y cambiar un espacio que comenzó frío y distante de ambas partes. Con sus potentes guitarras y vocales relajados, hicieron perfecta sinergia con la gente, misma que empezó a corear los mayores éxitos de la banda. Tocaron piezas de sus dos álbumes más famosos: Teens of Denial del 2016 y Twin Fantasy que se lanzó en 2018, que le bastaron para el grupo, originario de Virginia, EEUU, para convertirse en uno de los mejores actos del festival.
Para muchos fue un gran descubrimiento y para otros un concierto necesario que cumplió con las expectativas de los asistentes y con la responsabilidad de tocar por primera vez en tierras latinoamericanas. A pesar de no contar con un basto aforo, la presentación fue un tanto íntima y personal, lleno las aspiraciones de un público en búsqueda de propuestas frescas y alentó a las personas a seguir descubriendo a aquellos actos poco conocidos, con la esperanza de encontrar algo tan grato como lo fue Car Seat Headrest.
El Corona Capital cumple con su mayor aliciente: promocionar y promover la cultura musical alternativa conectando así al público con un gremio ciertamente olvidado como lo son las bandas y movimientos underground.