Juez ordena a la Secretaría de Salud dar cannabis medicinal a adolescente con síndrome de West
El pasado 8 de enero, la familia del menor Carlos Antonio Avilés Garfias fue notificada que la jueza de distrito decimoquinto en materia administrativa a la Secretaría de Salud emitió fallo para que en un plazo no mayor a 10 días, a partir de la debida notificación, se le proporcione aceite a base de cannabis al paciente que lo necesita como parte de su tratamiento contra el síndrome de West.
Carlos Antonio Avilés Garfias padece el síndrome de West, una “encefalopatía epiléptica dependiente de la edad caracterizada por la tríada electroclínica de espasmos epilépticos, retardo del desarrollo psicomotor y patrón electroencefalográfico de hipsarritmia en el electroencefalograma, aunque uno de estos elementos puede estar ausente. Se inicia en la mayoría de los pacientes durante el primer año de vida.”
El síndrome lleva ese nombre por el Dr. Willian James West (1793-1848) que observó que su hijo de 4 meses de edad presentaba una serie de episodios con espasmos en flexión, que fueron relatados como convulsiones del lactante.
Margarita Garfias, mamá de Carlos Antonio, estuvo en la cabina de Ibero 90.9 para dar su testimonio en el documental “Mercado Negro del Cannabis Medicinal” y comentó, entre otras cosas, sobre la imperiosa necesidad de que COFEPRIS cumpliera con lo ordenado en el artículo cuarto del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 19 de junio de 2017.
Margarita Garfias comentó también sobre las penurias que sufren los padres con un hijo con un padecimiento relacionado con algún tipo de epilepsia. Sobre todo porque los aceites de cannabis para aliviar los síntomas de las afecciones de los niños no existen en México y los que hay en el mercado, sólo deben ser prescritos para mayores de 16 años, por lo tanto, como tratamiento se tienen que dar a los menores hasta 5 o 6 medicamentos. Margarita sostuvo que han importado aceite de Estados Unidos, pero con precios muy elevados.
Las epilepsias refractarias traen como consecuencia que el menor vaya perdiendo, con el devenir del tiempo, funciones o habilidades psicomotrices. Si no se les atiende, llegan a padecer gastrostomías o traqueostomías, entre otros problemas.
La necesidad de tener bien regulados los medicamentos derivados de la cannabis dará a las familias con hijos que sufran de algún tipo de epilepsia, la seguridad que esos fármacos tengan el debido registro de salud, estén libres de metales y de pesticidas, contengan los cannabinoides necesarios y seguridad —que el mercado negro, al que deben recurrir—, no les da.