Por @AlanisMoon Mientras vas por la calle caminando, de repente, oyes un tarareo. Normalmente, un sonido más no captaría tu atención. La ciudad es estridente y enfocarse en pequeños sonidos no parece ser una buena idea. Pero el voltear tu cabeza se tornó inevitable. Así es la espontaneidad. Tu boca esboza una sonrisa. Es un gesto no planeado, que surge desde lo más profundo de tus gustos musicales. Conoces la canción. No sólo la conoces, la amas. Y ese amor, viene de la mano con imágenes mentales. Imágenes que alguna vez se proyectaron en una sala con butacas y palomitas de maíz, o en devedés con pizza e inmejorable compañía. Curiosa fusión la del cine y la música. Sin duda, la incursión de canciones en momentos clave de cualquier largometraje, le inyecta una carga emocional que, aunque a veces olvides, al momento de escuchar, por ejemplo, un simple tarareo durante uno de tus paseos, es capaz de incentivar la felicidad (o tristeza, o melancolía, o cualquier otra emoción propia de los seres humanos) del recuerdo. Y sin que el otro caminante lo sepa, agradeces que, por un breve momento, en tu mente te encontraste en detención junto al Breakfast Club, o bailando en pistas multicromáticas junto a Travolta, o enfundado en un traje de murciélago intentando salvar a tu ciudad, o ensayando junto a niños un acto musical, o besándote apasionadamente sobre una lavadora, o encontrando que tu verdadera casa está en un camión mientras vas de gira con tu banda favorita, o celebrando la obtención de un contrato mientras conduces a toda velocidad, o viendo bailar a sensualísima Salma Hayek, o terminando de ver la vida de un hombre que parecía venir de los cuentos, o acabando de ver el reencuentro de dos amantes sin memoria, o torturando a un policía que yace amarrado en una silla, o viajando en una camioneta disfrazada de perrito junto a Jim Carrey, o quemando tus memorias para que no haya más aleteos de mariposa que afecten tu destino. Y agradeces al hombre porque, quizá cuando llegues a tu casa cansado y con ganas de descansar, ya sabes qué película te podría hacer compañía.
Por experiencias así, el Obladi Oblada se dedicó a armar un playlist con algunas de nuestras canciones de películas favoritas. Seguramente pensarán que nos faltan muchas, ¿cuáles pondrían?
Esperemos disfruten la selección:
1.- Bee Gees - "Night Fever" (Saturday Night Fever)
2.- Simple Minds - "Don't You (Forget About Me)" (The Breakfast Club)
3.- U2 - "Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me" (Batman Forever)
4.- Stealers Wheel - "Stuck In The Middle With You" (Reservoir Dogs)
5.- Tito and Tarantula - "Dark Night" (From Dusk Till Dawn)
6.- School of Rock - "School of Rock" (School of Rock)
7.- Nacha Pop - "Lucha de gigantes" (Amores Perros)
8.- Elton John - "Tiny Dancer" (Almost Famous)
9.- Tom Petty - "Free Fallin'" (Jerry Maguire)
10.- Crash Test Dummies - "Mmm Mmm Mmm Mmm" (Dumb & Dumber)
11.- Pearl Jam - "Man Of The Hour" (Big Fish)
12.- Beck - "Everybody's Gotta Learn Sometimes" (Eternal Sunshine of the Spotless Mind)
13.- Oasis - "Stop Crying Your Heart Out" (The Butterfly Effect)