Brenda Navarro en el Hay Festival 23: "Cuando problematizas a la familia estás pensando en el origen del Estado-Nación"
Dos novelas que muestran la vida cruenta de violencia en distintos contextos a la vez que abren los mundos interiores convulsionados de sus personajes, especialmente de las mujeres. Casas vacías (2019) y Ceniza en la boca (2022) de Brenda Navarro presentan a mujeres que pueden ser crueles y jodidas, mientras también pueden ser luminosas, empáticas y hasta tiernas.
La escritora mexicana que reside en Madrid, España se ha convertido en una de las voces imperdibles dentro de la literatura iberoamericana contemporánea. Navarro nos presenta mujeres no idealizadas que pueden ser crueles y a la vez resisten las condiciones de violencia ejercidas por la sociedad, el Estado y/o sus entornos familiares. Por ello, la maternidad es uno de los ideales que problematizan sus historias:
“Daniel desapareció tres meses, dos días, ocho horas después de su cumpleaños. Tenía tres años. Era mi hijo. La última vez que lo vi estaba entre el subibaja y la resbaladilla del parque al que lo llevaba por las tardes. No recuerdo más”
Es el comienzo de su primera novela que nos habla del secuestro de un niño con discapacidad intelectual. La historia se mueve entre la madre biológica y aquella que se convierte en madre al ser la secuestradora y criar al infante. No hay maternidades perfectas en las líneas de Navarro. Tampoco hay condenas. No hay buenas ni malas, porque el panfleto no sirve para pensar la complejidad.
Brenda Navarro en entrevista con Ibero 909 desde el Hay Festival 2023 nos contó:
“Para mí la literatura es política y no hay nada más político que la familia. Porque cuando problematizas a la familia estás pensando el origen del Estado-Nación. Quiero ponerlos en términos de vidas humanas porque es la forma en que muchos escritores, como yo, para entender lo perverso que es que jueguen con la simbología de qué es el amor, la ternura y el cuidado para que las mujeres lo hagamos gratis sin ningún tipo de retribución […] es una estructura de violentación de nuestros derechos”.
Mientras que Ceniza en la boca (2022) nos mete en la perspectiva de una joven que vivió el abandono de su madre quien marcho a España para mantenerla a ella y su hermano. Una infancia con unos abuelos violentos y tiernos a la vez en un México cada vez más cruento por la violencia del narcotráfico. Para marcharse con su madre a una España que parce ofrecer falsas y tintineantes mejores condiciones de vida. El trabajo precarizado especialmente de las mujeres trabajadoras del hogar, así como la culpa y la nostalgia por el país perdido ahondan las capas de este libro.
“Yo, por ejemplo, sabía que iba a contar historias. Me di cuenta que más allá de explicar cómo veo el mundo para contar historias debía de comprender cómo se relacionaba el mundo. […] No podemos estar hablando de macroeconomía si no entendemos cómo afecta cualitativamente a las personas y la literatura nos permite hacer eso”, dijo Navarro.
Una de las fortalezas contundentes de los libros de Navarro es el uso de la oralidad, la autora permite a través de sus letras una relación sonora con las formas de habla de los personajes, ayudándonos a vincularnos con diferentes formas de usar el español.
“Como escritora encuentro un gozo tremando en el momento en que uso mi lengua materna (de la Ciudad de México) […] me fluye literalmente. Entonces, cuando escribía Ceniza [en la boca] pensaba: ´¿Eso se escuchará mejor en mexicano, o que lo diga la colombiana o la chilena? […] Sé mi momento en España y tenía muchas ganas de decirles que este español mezclado con todos estos latinoamericanismos, catalanisismos, inglés se están escuchando en las calles de España”.
Puedes escuchar la conversación completa desde el Hay Festival aquí:
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