La mente humana alberga diferentes regiones, desde la lógica y la racionalidad hasta los instintos primitivos ocultos en los terrenos sombríos del inconsciente. Es ahí donde los deseos más profundos se materializan, donde el “Ello” prioriza el principio del placer sobre cualquier juicio moral. En un paisaje similar, la banda inglesa Wild Beasts existe y se alimenta de impulsos elementales en su nuevo álbum Boy King (2016, Domino Records). Una de las principales temáticas tratadas por Wild Beasts a lo largo de su discografía es la hombría. “Ser un hombre en una banda es una gran proyección de la masculinidad. Pero en muchas maneras yo comencé a hacer música como una respuesta al machismo”, menciona Hayden Thorpe, guitarrista y cantante de la banda. Si bien sus primeras piezas buscaban ser una crítica a la hipermasculinidad, con Boy King la banda originaria de Kendal, Inglaterra evoluciona para adoptar y prosperar en la virilidad, “nos convertimos en la banda a la cual nos oponíamos a ser”.
Boy King marca un cambio en el sonido de Wild Beasts. El estilo de rock suave y cómico predominante en trabajos previos como Two Dancers (2009, Domino Records) es sustituido por un sonido distópico y electrizante. Donde percusiones galvánicas y guitarras fuertemente distorsionadas pintan un paisaje sonoro discordante. En el cual los tonos nocturnos son contrastados por la voz en falsetto de Hayden Thorpe y sintetizadores de color neón.
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Para la realización de Boy King los ingleses colaboraron con John Congleton, productor detrás de St. Vincent y Swans. El álbum presenta influencias provenientes del pop ochentero de David Bowie y la discordia industrial de Tackhead. Si Boy King fuera un producto cinematográfico existiría en el mundo de las sombras del Demogorgon de la serie Stranger Things (2016), combinado con el instinto depredador del Terminator original de 1984 y la fluorescencia de la película satírica Kung Fury (2015).
El primer track “Big Cat” marca el tono principal del álbum. Al igual que el título de la canción, el álbum es agresivo, como una pantera nocturna en busca de una presa. La potencia instintiva de una bestia salvaje combinada con la gracia y agilidad intrínseca de los felinos. La masculinidad antes criticada se convierte en la temática principal, evidente en canciones como “Tough Guy” e incluso en el mismo nombre del disco: Boy King.
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Si su material previo Present Tense (2014, Domino Records) estaba compuesto por canciones de amor, el material de Boy King pertenecería al acto físico y pasional que le sigue. Con letras como “I like it messy / don’t you make it neat / your heart I’d eat” quedan claros los impulsos primitivos detrás de la música.
Los tonos oscuros y los vivos fluorescentes presentes en el álbum son representados en la portada del disco. En ella se aprecia a un humanoide de color negro con ojos rojos, sobrepuesto delante de un fondo naranja. El nombre de la banda escrito con un estilo similar a la tipografía de videojuegos como Far Cry 3: Blood Dragon. Boy King es el depredador de las películas de acción de los ‘80.
Con Boy King, Wild Beasts ha generado probablemente su mejor álbum. Un producto de los vestigios salvajes programados en la genética humana. Una destilación pura y cruda de impulsos, potencia y electricidad. Poderoso y ágil como un felino, una máquina perfecta para cazar en la oscuridad. Una bestia imponente y bella a la vez.