Por: David Segundo (@muranio22) Fotos por: Valeria Toledo (@Vallatoni)
Apenas eran las 10 de la noche y Mono ya se encontraba repleto. Los primeros desplantes corrían a cargo de la joven promesa mexicana White Visitation, que gracias a su voodoo house empezaba a calentar a las masas mientras el baile se apodera de la mente. El aire faltaba, los cuerpos se repelen buscando subsistir. El caliente sudor se aglomera, pero todo deja de importar cuando Bonobo empieza su set.
Un bulbasaur con marihuana es el fondo momentáneo de la presentación del Dj inglés. Pequeños expresionismos se difuminan con el magistral downtempo de Bonobo. Había un scratch que infundía la pasión latina en todo momento. Barómetros verdes se expanden mediante beats de techno. “Cirrus” vuelve a Mono un lugar caótico, el público se prende con sus distantes frecuencias amazónicas.
Se suscitaban loops eternos que contaban con graznidos tenues de pájaros. Resuena “Antenna” mientras los cuerpos se entrelazan quimericamente. Para finalizar existe melodías reminiscentes a Tron, mientras la gente se muestra exhausta por tanta danza y faramalla.
