Beck, Billie Eilish y la preciosa extrañeza de ‘Roma’
Uno de los elementos más importantes en Roma es la música. A diferencia de otras películas, la última obra de Alfonso Cuarón no se vale solo de una o varias canciones icónicas como simples adornos de la historia, sino que la cuidadosa selección musical en realidad sirve para dar contexto a la época y establecer el ambiente de la historia. Podemos pensar en “Corazón de Melón” de las Hermanas Benítez, que suena en la fiesta de año nuevo, o en el fragmento de la “Symphonie Fantastique” de Hector Berlioz que acompaña el momento en que Antonio, el papá de la familia, entra meticulosamente en el garaje de la casa con su Ford Galaxie.
Estas dos piezas no tienen nada en común y, sin embargo, hacen sentido en el retrato de las distintas realidades en las que se desenvuelven los personajes. Composiciones que se unen en la película para construir la atmósfera y desarrollar, casi accidentalmente, pero a la perfección, a los personajes y sus conflictos.
Y con esa intención en mente es que hoy nos llega una adquisición más al universo de Roma: un disco de temas inspirados en las sensaciones y emociones que nos transmite la épica a blanco y negro de Cuarón.
Desde Billie Eilish, pasando por Beck, Asaf Avidán, hasta la septuagenaria Patti Smith y la tropicalidad del Sonido Gallo Negro, el disco está compuesto por una gran variedad de artistas, quienes, de no ser por la película, no tendrían nada en común. Y así, como ellos, el disco es un popurrí sonoro que explora una gran variedad de géneros, manteniendo a la película como el único hilo conductor.
Las quince canciones que lo componen abarcan desde los sonidos ambientales del México de los setenta, hasta canciones influenciadas por las corrientes del pop contemporáneo, como lo son el R&B, el trip hop y hasta la electro cumbia.
La ambiciosa intención del disco queda bastante clara desde las primeras canciones: lograr conjugar a varios artistas con sonidos diversos y situarnos en aquella casa en Tepeji, donde Cleo ve pasar a los aviones mientras trapea los pisos. La mayoría de las piezas buscan recrear los sentimientos de melancolía y nostalgia que se encuentran tan presentes en la película y, si bien algunas lo logran, otras se sienten demasiado obvias y directas, contrastando mucho con la discreción con la que la película se presenta.
El disco brilla, precisamente, cuando se aleja de las narrativas y, más que hacer referencias directas, evoca sentimientos presentes a través de la película. Canciones como “Marooned” o “We Are Always Alone” logran, sin decir una palabra, establecer la atmósfera monocromática del filme, pero a la vez, contrastan mucho con canciones como “La Cumbia del Borras” o “Cleo Who Takes Care of You”. Estas dos últimas, son perfectamente disfrutables, así como “When I Was Older” de Eilish, “PSYCHO” de Bu Cuarón o “On my Knees” de UNKLE. También en este grupo de canciones se encuentra la absolutamente trágica “Con el Viento” de Jessie Reyez la cual, a pesar de la pasión con la que la canta su intérprete, no logra más que recordarle al escucha la tristeza que siente Sofia ante el abandono de Antonio.
Podríamos decir que existen dos grupos de canciones en el álbum: por un lado, las que te recuerdan directamente a la película e incluso, algunas escenas imborrables; por el otro, las que pretenden más bien evocar a una emoción que se desprende de la historia, pero que tienen vida propia.
Definitivamente, lo mejor viene al principio. La esperanzadora “Wing” de Patti Smith, donde se enfrenta sola ante la melancolía abrasiva de la mayoría de las siguientes canciones, mientras que el cover que hace Beck de “Tarantula”, canción de Colourbox, reimagina la original con un impecable arreglo de cuerdas y un precioso coro femenino.
Lo único mejor que la “Tarantula” del disco es la versión en vivo que tocó Beck con Feist y Bat for Lashes en el show de James Corden hace unos días. El californiano supo darle un giro a la canción y adaptarla a la perfección con el ambiente de la película.
Al final, Music Inspired By The Film Roma es una de las propuestas más eclécticas y sorpresivas de los últimos años, al menos en lo que concierne a los soundtracks convencionales. Si bien hay ciertos momentos que sobresalen más que otros, el disco puede ser considerado una contribución importante al complejo mundo sonoro de Roma, uno que se teje entre el silbido del camotero y los ruidos de las calles mexicanas.