Más que lo sensual, un factor clave para la atracción es la elegancia. Esta descripción parece ser perfecta para un artista como Autre Ne Veut, nombre adoptado por Arthur Ashin. La estereotípica belleza calculada que caracteriza su música se puede deducir desde su nombre: un slogan francés que quiere decir “No quiero ningún otro”. Es como ver un comercial del Palacio de Hierro, pero con buen gusto. Y éste es otro factor clave de Autre Ne Veut, que siempre mantiene un patrón degustable que busca satisfacer al escucha con piezas llenas de ganchos disonantes y letras poco adheribles al género pop.
Aunque ya tenía un disco homónimo bajo su manga, fue hasta 2013 que saltó a la fama con su álbum Anxiety (Mexican Summer / Software). Anxiety demuestra que Autre Ne Veut puede tomar un aura experimental para girarla sobre sí misma y hacer que se escuche como un disco pop con elementos de R&B. Esta diversidad se aprecia desde sus comienzos musicales, donde hacía jingles infantiles y música experimental bajo la influencia de Daniel Lopatin (Oneohtrix Point Never). La apertura musical de Ashin sólo da espacio para melodías satisfactorias pero no menos arriesgadas, tal y como escuchamos en los coros de “Play by Play” —con las cuales abre la producción— o “I Wanna Dance With Somebody”
La facultad versátil de Autre Ne Veut también es evidente en los temas líricos abordados, pues se alejan de las convenciones hedonistas del pop y más bien reflejan el título del álbum: ansiedad, problemas mentales, desolación. Tanto la letra como la producción de “Counting” manifiestan un ambiente de claustrofobia y demencia. Inclusive las canciones más orientadas a un pop comercial como “Ego Free Sex Free” reflejan una emotividad y carga sexual atípica; es una canción tan sensual que se escucha en los antros, pero con una producción tan atinada que está muchos pasos más delante del simple jolgorio.
El último rasgo característico de Ashin es su voz. Emitida con todas las de romper porcelana, sus modulaciones y cambios repentinos de nota revelan no sólo una inmensa capacidad vocal, sino voz transformada en dagas afiladas: cercena, corta y es capaz de penetrar cada rincón del cuerpo con muy poco esfuerzo. Lo curioso es que en ocasiones pareciera que la voz no va dirigida a un escucha, sino a sí mismo, como si Ashin se detestara sobremanera y flagelara su cuerpo con vocales autoinflingidas. Si bien no a todos gusta, genera un cambio de impresión, lo cual expone el inmenso talento de este cantante.
La portada de Anxiety es una recreación de la venta de El Grito de Edvard Munch. El objetivo era llevar la ansiedad que tenía Munch al pintar su lienzo a un contexto moderno y monetario. De manera similar Ashin toma el pop y en vez de generar un producto predecible más bien revierte las expectativas. Ashin propone un pop que, al igual que su voz, denota honestidad, soltura y desenfreno, exento de pretensiones y convenciones típicas.