Por: Dulce González@mariaaltb
El 6 de octubre del 2015, Valentina Alazraki, Periodista y Corresponsal del Vaticano para Televisa desde hace más de 40 años, confirmó en el noticiero matutino de la misma televisora, aquellos rumores sobre la visita Papal a tierra azteca. No se sabía cuando, pero ya era un hecho de que vendría en 2016. Es aquí, cuando da inicio el despliego de suspicacias que hasta hoy, giran alrededor de la visita Papal a nuestro país.
Y es que Francisco Bergoglio, Máxima Autoridad de la Iglesia Católica, se ha encargado de levantar susceptibilidades en gran parte de la población mexicana con sus múltiples comentarios que ha realizado sobre nuestro país y todo lo que esto implica.
La versión en español del medio norteamericano “Newsweek”, publicó a través de su portal de internet, el pasado 26 de septiembre del 2015, que originalmente, el Papa tenía la intención de realizar una misa en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa o por lo menos, trataría el tema, pero esa intención no le agradó al gobierno mexicano, así lo aseguró el Periodista, Raymundo Riva Palacio.
Al parecer, el Vaticano, las autoridades mexicanas y la prensa, se encontraban en inmejorable sincronía para manejar lo que pudo ser un magnífico escándalo a nivel mundial en el que la sede religiosa, se confronta con las autoridades del país que más fieles católicos tiene en el planeta. Es por esto que se presumía, que México estaba excluido de la gira Papal.
Pero lo que pocos se atrevieron a decir, es que todo indica que, la verdadera causa del disgusto entre el Vaticano y nuestro país, surge de lo sucedido con los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, y es por esto, que los representantes del gobierno federal buscaron fundamentar la decisión bajo el argumento de que “no existen condiciones adecuadas” para realizar una celebración religiosa en el lugar de los hechos.
En redes sociales y escasos medios mexicanos, informaron sobre el mensaje que El Vaticano envió a los padres de los normalistas, al parecer, era un mensaje carente de sinceridad y misericordia hacía los padres de los jóvenes desaparecidos, que seguramente, no cumplía con los votos monásticos pero satisfacía las expectativas y condiciones diplomáticas que el gobierno de nuestro país impuso. De todo esto, Enrique Peña Nieto no logró salir intacto, puesto que en Italia, fue tema de discusión en varios medios de esa región y era claro que su mandato salió a relucir.
https://www.youtube.com/watch?v=poQdM_1f_84
Por su parte, los padres de los normalistas desaparecidos se conservan firmes a pesar de haber agotado los recursos para lograr reunirse con el Papa, mantienen el coraje, fe y la esperanza, de que exista conmiseración de parte del Vaticano para mencionar (siquiera) este caso imperioso de injusticia, colmado de tristeza e indignación que se busca esclarecer en manos de seres deshonestos.
Lo que es cierto, es que seamos o no creyentes, el Papa tiene el poder mediático para volver a colocar el tema en el renglón de nuestra coyuntura nacional, que de hacerse justicia, se podría dar pie a erradicar paulatinamente la desaparición forzada en México y borrar definitivamente de nuestros calendarios, el Día Nacional Contra la Desaparición Forzada.
