¡Ay, ay, dolor ya me volviste a dar! Banda de los muertos

Por órdenes de su sapiente majestad el Marajá, musicólogos de la isla están en la tarea de recopilar material para la Fonoteca Real de Jucapó. Gracias al titánico esfuerzo de varios profesionales, y a la magnanimidad de su Alteza, traemos para ustedes la siguiente recomendación. La música popular mexicana (banda sinaloense, norteña, ranchera, bolero, huapango y sus múltiples derivados) es por esencia un canto al dolor, al despecho, es desprecio y anhelo a la vez. La tradición musical del pueblo mexicano se regodea en hacer público y carnavalesco su suplicio: ¡Que se sepa que estoy sufriendo, pero no me rajo, sírveme otro tequila! Situación que extraña un poco al noble y siempre festivo pueblo pocajuta.

En ningún rincón de la suave patria hay indiferencia hacia el estruendo festivo de la tambora, los clarinetes y el bajo sexto. No obstante, fuera de México también se cuecen habas (también se sufre, finalmente la misma sangre) quién diría que en el corazón de la nueva Babel, es decir en Brooklyn, New York, se gestaría un proyecto que retomaría las raíces de la música popular mexicana, hablamos de Banda de los Muertos, quienes están por lanzar su primer material discográfico bajo el sello Barbès Record, discográfica del explorador infatigable de sonidos exóticos, súbdito del Marajá, Olivier Conan, francés avecindado en Brooklyn, miembro de la agrupación de cumbia psicodélica Chicha Libre y padrino putativo de Banda de los Muertos.

Los eruditos pocajutas encontraron que la influencia de la banda sinaloense es innegable, aunque también es evidente la cercanía con las grandes orquestas de viento oaxaqueñas y hay algunos guiños con el danzón. La agrupación neoyorquina es un melting pot racial con resultados afortunados. Nada que envidiar a las grandes bandas oriundas de Mazatlán y el Pacífico mexicano.

Doce cortes, la mayoría instrumentales, que conducen, irremediablemente, a atmósferas de fiesta de pueblo, pólvora, cohetes, alcohol, botas, cinturones piteados y buchonas. La voz de Mireya I. Ramos cala hasta la médula de los huesos, “Te quiero tanto”, único track en donde Mireya hace gala de su feeling desgarrador, invita a destapar otra garrafa de mezcal.

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“El sinaloense”, “Arriba mi Sinaloa”, “La puerta negra”, son clásicos del cancionero mexicano revisitados de manera instrumental por la Banda de los muertos. Los especialistas pocajutas encontraron un nivel de ejecución virtuoso por parte de Óscar Noriega en el clarinete, Jacob Garchik en la tuba, y de todos los demás miembros de la banda. Para beneplácito del Marajá y de su inagotable archivo musical (como la biblioteca que imaginó J. L. Borges) la Banda de los Muertos lanzó al mercado su primera, y homónima, producción el pasado 18 de septiembre en un concierto en directo. Esperamos que pronto visiten nuestra adorada isla.

¡Aloha!

Por: @chicledeletras

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PLAYLIST POCAJU 10 de octubre