Músico, artista, actor, hombre renacentista del Siglo XX y XXI... genio.
El Hombre que cayó a la Tierra, regresa a las estrellas. Polvo de estrellas. Ashes to ashes.
“David Bowie ha fallecido de manera pacífica”. Fue así como nos enteramos de esta trágica noticia que llegó de manera repentina durante la madrugada. Después de luchar durante dieciocho meses con el cáncer, el camaleón se encontró con la muerte de una manera tranquila, habiendo lanzado Blackstar, su último álbum de estudio, el mismo día de su cumpleaños número 69.
Nacido en 1947 como David Jones, se autonombró David Bowie en 1966 para evitar confusión con Davy Jones, voz principal del grupo californiano The Monkees. Ésa fue su primera reencarnación. Su carrera fue productiva hasta sus últimos días, logrando una gran influencia en un sinúmero de músicos que hoy en día han expresado su sentir por la partida del Thin White Duke.
Un genio moderno que abordó diversas áreas del arte: música, cine, televisión, teatro. Su creatividad no tenía límites; fue un ser humano extraordinario que sabía hacer explotar las fibras más sensibles con cada escucha. Sus diversas etapas, guiadas por personajes que llevaban a imaginar otros planetas, son parte del gran legado que ha quedado como patrimonio para toda la humanidad.
Es difícil escribir sobre alguien tan importante para el mundo, sobre todo el día de su muerte. Vivió una carrera exitosa, llena de himnos que marcaron a varias generaciones. Los homenajes no se van a hacer esperar, hoy más que nunca disfrutaremos de la vida y obra de Bowie, nos dejaremos sorprender otra vez con Ziggy Stardust, ponernos nuestros zapatos rojos y bailar hasta el cansancio “Let’s Dance”, demostrarnos que podemos ser héroes por un día. En días tristes como éste es cuando más necesitamos de eso, héroes que nos digan que todo estará bien, aunque después de hoy, tengamos uno menos. Hasta pronto, David, descansa en paz.
https://www.youtube.com/watch?v=sE1Zcngd3VA
Por Gerardo Mora
Arte por Ravenval