Fotos por Alex Compeán
La noche terminaba de caer a medida que cada rincón del escenario Capital era ocupado por fanáticos ansiosos por presenciar al gigante festivalero en que se ha convertido Arctic Monkeys. Poco después de la hora acordada, las inmensas estructuras que formaban las letras AM se iluminaron, provocando una ovación. El set arrancó con “Do I Wanna Know?” y antes de que la audiencia pudiera tomar un respiro, Matt Helders hizo honor a su apodo, "Agile Beast", destrozando la batería con “Brianstorm”. El headbanging, los puños en el aire y los saltos frenéticos se hicieron presentes en poco tiempo.
“It’s a good time to put on your Dancing Shoes”, gritó Turner a la audiencia al tiempo que la banda empezó a tocar el clásico de su debut. Era evidente que los Arctic Monkeys no tenían planes de frenar el ímpetu con el que habían arrancado el set.
Los de Sheffield se mueven con pasión y confianza por el escenario, se han convertido en la personificación de rock star, en un cuarteto pícaro y atrevido. El set continuó con “Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved Your Chair” y los clásicos movimientos de kung-fu y macarena del líder de los monkeys. El ambiente se hizo cada vez más denso a medida que los ingleses trajeron a la vida favoritos de sus últimas cuatro producciones.
Antes de emitir los primeros acordes de “I Bet You Look Good On The Dancefloor”, Alex Turner le dedicó el single a las mexicanas. Los ánimos se calmaron y los encendedores salieron a iluminar el cielo durante “Cornerstone”, y antes de terminar el set principal con “One For The Road”, los de Sheffield tocaron una de las canciones más coreadas del concierto, “Fluorescent Adolescent”.
Tras una breve pausa, Arctic Monkeys regresó al escenario para interpretar “R U Mine?”. Turner cantaba el cuestionamiento aunque la respuesta era más que evidente, el público era suyo. Tras escuchar “Knee Socks”, la fantasía que muchos habían soñado al ver el cartel del Corona Capital se hizo realidad. Arctic Monkeys cerró su presentación en el festival con ayuda de Miles Kane en la guitarra, interpretando la mística “505”.