Apuntes sobre el cáncer de mama

Por: Ever Osorio

@intweettion

Las muertes por cáncer de mama han tenido un  notorio incremento a nivel mundial. Desde 1980 la mortalidad por ese mal ha tenido una tendencia ascendente y desde el 2006 ha superado al número de las muertes por cáncer cérvico-uterino.

El reto que México enfrenta es el de educar a la población femenil para el cuidado de su salud.

Este espacio pretende brindar mayor información sobre estas formas de prevención pues aunque el cáncer de mama es una enfermedad que se desarrolla multifactorialmente, hay elementos de nuestro estilo de vida y ejercicios de revisión que pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

En un primer lugar, es necesario saber que hay dos tipos de prevención. La Dra. Lizbeth López, especialista en el tema de cáncer de mama en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), comentó, en entrevista con Ibero909 que la prevención primaria es aquella que se realiza para procurar no enfermarte nunca y la prevención secundaria es aquella que se realiza cuando ya estás enfermo aunque lo desconoces.

En este sentido, los elementos fundamentales para la prevención primaria son: hacer ejercicio, llevar una alimentación sana, no fumar, no tomar y aunque falta evidencia clara, el lactar, después del embarazo, pudiera disminuir las probabilidades de desarrollar la enfermedad, así como, bajar el consumo de talatos que se encuentran en los embutidos y las carnes rojas, mientras que el consumo de fito-estrógenos que contiene la leche se soya, por ejemplo, parece ser un factor que puede prevenir la enfermedad.

Sobre el consumo de alcohol y tabaco, se recomienda que una mujer injiera no más de una copa, cada tercer día. En lo que respecta al tabaco, ser fumador pasivo, es decir, no fumar pero respirar el humo que fuman los demás, puede ser tan nocivo como ser fumador activo. Es por ello que se les recomienda a mujeres que no fuman, que cuiden sus espacios libres de humo y a las que lo hacen, que sea con moderación o consideren el dejarlo.

Hay tres tipos de ejercicio para la revisión del seno, el primero y, la técnica por excelencia, es la mamografía que es un ultrasonido con un poco de radiación que se recomienda se lleve a cabo cada dos años por mujeres mayores de 40 años.

El segundo ejercicio es el examen clínico que lo puede realizar tu ginecólog@, cada año, una vez que cumplas 25 años. Y finalmente, está la autoexploración que es una rutina de acompañamiento.

La Dra. Carrillo recomienda que le tomes fotos a tus senos pues en la imagen se pueden registrar cambios que a la simple vista diaria no se pueden ver, como cambios de color, surgimiento de lunares y otros cambios. Es necesario hacer énfasis en que la autoexploración no sustituye de ninguna forma ni al examen médico ni a la mamografía.

Los retos que afrontamos las mujeres con el cáncer de mama es el de estar informadas y compartir esa información con nuestras amigas, madres, abuelas, tías y colegas pues la detección temprana de la enfermedad puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

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