Por: Lorie Fernández (@sommerprossig) En tiempos de oscuridad y soledad, las cosas pueden parecer más que devastadoras y muy lejanas de la solución, no obstante, la música y el arte han estado presentes para llenar vacíos con emociones; la ópera ha sido uno de los mejores remedios para circunstancias así.
Después de la Primera Guerra Mundial, la población buscó apaciguar su alma, lo que suscitó que los performances en Europa aumentaran. A partir de entonces, Alfred Pfeifle y Margot Giulleaume, cantantes alemanes de ópera, lograron conmover muchos corazones a través de su majestuosa voz.
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Hace 30 años, el 9 de abril de 1986, el operista Alfred Pfeifle dejó el mundo y heredó su cariño en su música. Pfeifle, cuya voz tenor fue entrenada en la ciudad Stuttgart, tuvo su debut entre 1930 y 1938, y fue muy reconocido por su habilidad de articular cada sílaba de las palabras. Antes de que la Segunda Guerra Mundial comenzase, Pfeifle, se presentó en muchas de las principales casas de ópera en Europa, en ciudades como París, Londres, y Bruselas. Además, el cantante ganó carisma debido a su capacidad de actuación y comedia, talentos con los cuales se adentró a los corazones de sus espectadores.
La voz soprano de Margot Giulleaume enterneció a la población europea tras el término de la SGM, entre 1946 y 1949. Giulleaume cantó en la ópera estatal de Hamburgo y apareció en numerosas emisiones y grabaciones de Hamburg Radio, además de que dio diversos conciertos en toda Alemania y en países vecinos, entre los que destaca Francia. El reconocimiento de su cristalina y angelical voz conmovió a muchos europeos que buscaban tener un aliento de esperanza y tranquilidad.
Alfred Pfeifle y Margot Giulleaume lograron crear juntos, a través de su música, un ambiente de paz. En "Jetzt, Schätzchen, jetzt sind wir allein", traducida a castellano “Ahora, tesoro, ahora estamos solos” —obra perteneciente a Fidelio y compuesta por Ludwig Van Beethoven— fue interpretada por estos dos cantantes, lo que consiguió que el público se fascinara y los evocara por mucho tiempo.
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En la historia la ópera ha tenido una gran importancia, tanto por las obras como por los compositores. La obra de Alfred Pfeifle y Giulleaume, quienes enamoraron a la gente por su tono y dicción, es un arte total en el que confluye la música y el canto, en donde se combina expresividad y belleza; se monopoliza el oído, la imaginación y la sensibilidad del oyente donde todas las pasiones humanas están en juego.
Escucha Clásica para desmañanados todos los domingos a las 10:00